Las promesas de dos hermanos si Racing salía campeón

A Diego y Pablo Muñoz los une la misma sangre y la misma pasión. Son hermanos y llevan a Racing de Avellaneda en su corazón.

“Hinchas enfermos”, se define Diego, que volvió afónico del estadio Juan Domingo Perón, donde el domingo 14 el equipo albiceleste se consagró, después de 13 años, nuevamente campeón del fútbol argentino.

Diego tiene 31 años y Pablo 33. En su vida fueron varias veces a ver a Racing, pero nunca lo habían hecho juntos. Este domingo 14 se subieron al mismo colectivo que la Filial Villa María fletó con medio centenar de simpatizantes racinguistas.

Cada uno había hecho una promesa, pero no se la dijeron hasta que no se concretó lo deseado.

El abrazo del alma

Allá en Avellaneda, con el gol de Ricardo Centurión para el 1-0 y pitazo final que les dio el triunfo, pudieron darse un abrazo que no se habían dado antes, como hermanos, ante la pasión que más los moviliza.

“Tuvo un sabor muy especial para los dos”, comentó Diego.

Con el campeonato llegó el momento de cumplir lo prometido.

Diego se hará un tatuaje con un símbolo del club de sus amores. Pensó en el escudo de Racing o en otra imagen “que simbolice que significa para mí. Lo único que me falta en este momento es llevarlo en la piel, porque he ido a todos lados”.

Pablo la tiene más complicada. Prometió irse caminando desde Villa María hasta General Cabrera. Son 77 kilómetros a pie por la banquina de la ruta nacional 158.

“Me estoy poniendo de acuerdo para acompañarlo, no dejarlo sólo. Va a estar difícil, así que le vamos a hacer el aguante”, comentó Diego.

Pero como de aguante saben mucho, estos dos hermanos racinguistas de Villa María seguro podrán cumplir sus promesas y seguir sintiendo y compartiendo la pasión y la sangre en los mismos colores.

 

Foto: Diego Muñoz

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