Los perros del narco: chicos que crecen con el tráfico de droga

En la misma mesa donde se corta la droga, la Policía se encuentra con los cuadernos con las tareas escolares a medio hacer. Un chico consigue su primer trabajo: salir a segundear.

Segundear, verbo, acción de acompañar a otro que vende, lleva o trae drogas. Otro tiene 18 y ya es un veterano, que toma desde los 11, vende desde los 14 y ahora, que es padre, se quiere retirar. Un transa, un cura, militantes barriales, los médicos que ven los abusos de drogas.

Con voces y datos diversos, que no se quedan en el relato policial/judicial, “Los perros del narco”, especial multimedia realizado por los periodistas Edgardo Litvinoff, Juan Carlos Simo, Juan Manuel González y Ary Garbovetzky y editado por el Foro de Periodismo Argentino (Fopea), narra cómo es crecer en economías dominadas por las drogas en Córdoba.

Video promocional: “Los perros del narco” – Investigaciones FOPEA from Investigaciones Fopea on Vimeo.

El trabajo de investigación, publicado en www.investigacionesfopea.com y abierto para su publicación en medios de todo el país a partir del domingo 21, es parte de la iniciativa La Otra Trama, un espacio colectivo de organizaciones de la sociedad civil que, a través de un enfoque multidisciplinario, busca articular acciones en torno al problema del crimen organizado en la sociedad argentina.

Actualmente, integran La Otra Trama: Fundación Avina, Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia, Foro de Periodismo Argentino, Fundación Cambio Democrático, Fundación La Alameda, Contadores Forenses y Fundación Crear Vale la Pena.

Aunque no trabajen para los transas, muchos jóvenes comparten lazos familiares o conexiones con estas economías paralelas que introducen sus propias reglas de convivencia, bajo la aceptación directa o indirecta de la Policía y del Estado, según comenta una decena de fuentes especializadas consultadas para este trabajo.

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Barrios controlados por la droga

En la ciudad de Córdoba hay 23 barrios con calles controladas por las redes de tráfico y microtráfico de drogas, es decir que hay un alto nivel de tráfico, con pocos y pequeños dealers, pero organizados, con un control del espacio público y de la violencia. A su vez, hay otros 40 sectores que tienen negocios narcos en transición o aún desorganizados. El año pasado, el 81 por ciento de los homicidios cometidos en la ciudad se produjeron en alguno de estos 60 barrios, donde la droga parece actuar como un “permisor delictivo”, un desinhibidor de las soluciones violentas a los conflictos.

La cantidad de menores con medidas judiciales en la mayoría de esos 23 barrios con actividad narco encendió señales de alerta en el Gobierno provincial: de los 1.793 adolescentes con medidas judiciales en la ciudad de Córdoba, casi el 40 por ciento (701) vive en un barrio donde el narcomenudeo está presente de manera organizada o en vías de hacerlo. Si se suman los menores que viven en barrios aledaños, de fronteras confusas, ese porcentaje crece.

–Los narcos van comprando casas contiguas para hacer cocinas, se comunican por los patios traseros. Muchos chicos empiezan en esos lugares armando los paquetitos. Les pagan con droga, para que a su vez ellos la vendan– cuentan, desde los barrios más afectados.

En los territorios de la actividad narco hay un código propio. “Cambiaron las reglas del barrio. Y eso cambia las formas en las que uno puede acercarse a los chicos”, se lamenta una militante. En esas economías, en esos juegos con reglas propias, ya sea por una acción deliberada o por omisión, se crea la zona liberada para que funcione el sistema, con complicidad o aceptación pasiva de las fuerzas de seguridad.

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Los intocables

Las familias de los narcos conocidos son intocables: todos las conocen, pero nadie se mete. Son, además, grandes sostenes de las economías hogareñas y no hay nadie que no les deba un favor: plata para un remedio, juguetes para los chicos, camisetas para el equipo de fútbol… Uno de ellos es famoso porque en su cumpleaños corta la calle e instala grupos de cuarteto para la fiesta. Todo el barrio está invitado. Se come, se toma, se fuma.

Un cura que tiene un taller de herrería para construir una alternativa a la inclusión económica que ofrecen los narcos, describe así el contexto: “El narcotráfico ha ido ocupando un espacio muy fuerte. Los narcos grandes buscan a uno para que venda, a otro para que guarde, otro que cuida la cuadra (tero)… y a la gente que no pueden captar le van haciendo favores para captarla: le pagan la fiestita de 15 a la chica, les instalan un bañito…Pasó de ser simplemente un mercado a ser una red social”.

La Otra Trama se propone hacer visible la dinámica del crimen organizado en el país, por medio de la investigación, difusión, sensibilización, el fortalecimiento de capacidades y la incidencia pública. Durante el año, La Otra Trama ha realizado capacitaciones a distintos públicos, publicó un documento de investigación, y realizó presentaciones-taller de teatro foro, entre varias actividades. En las próximas semanas se publicarán otros trabajos de investigación sobre la problemática del crimen organizado en la Argentina.

Autores

La versión original de este trabajo está disponible en www.investigacionesfopea.com. Fue realizada por Ary Garbovetzky, Juan Manuel González, Edgardo Litvinoff y Juan Simo gracias al financiamiento de “La Otra Trama”, un espacio de organizaciones de la sociedad civil enfocadas en acciones contra el crimen organizado en la que participa el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA).

Audios

Transa en primera persona:
https://soundcloud.com/investigacionesfopea/transa-en-primera-persona

Choros, transas y perros:
https://soundcloud.com/investigacionesfopea/choro-vs-transa

Videos

Jóvenes y narcos:
http://vimeo.com/112340262

Una economía paralela:
http://vimeo.com/113666490

Un cura en la trinchera:
http://vimeo.com/112348634

Contexto:

Consumo de drogas:

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