El primer día del Costanera Rock selló el comienzo de un evento ya mítico en su edición número doce.
Una reunión de corazones encendidos por el fuego rockero que hermanó a dos naciones del sur más recóndito del mundo.
El escenario: un río, el Ctalamochita, y una costanera que literalmente sirvieron de marco para que La Vela Puerca cruzara el charco.
El inicio fue puntal, pasadas las 17, y fueron subiendo al escenario una a una las nueve bandas locales que, desde el under y la lucha del anonimato o los pequeños bares y garages de alguna casona, pusieron su impronta.
Así, actuaron “Puntos suspensivos”, “Hebes”, “Lunas de más”, “Martín y yo”, “Gustavo Rovira”, “Seqaces”, “Nonabonda”, “Debieras pitar” y “Sopló el Fantasma”. No faltaron los homenajes a Luis Alberto Spinetta por el aniversario de su nacimiento y justamente por ello, celebrando el Día del Músico Nacional.
Cada una siguió la sugerencia de la organización de cumplir con unos 25 minutos sobre el escenario y ya a las 22 parecía concluir la localía, pero fuentes municipales confirmaban que la agrupación uruguaya recién haría su aparición a las 23.30. Así es que las últimas dos extendieron sus actuaciones e igualmente el público ansioso debió media hora más.
Pasadas las 23.30 ingresó La Vela Puerca a escena consumando un show de casi dos horas ya que culminó a la 1.25.
Recorrieron gran parte del repertorio celebrado y coreado por los allí presentes y también presentaron temas de su nuevo disco “Érase”.
Unas banderas argentina y uruguaya acompañaron el ritmo de “El viejo”, “Va a escampar” y “Llenos de magia”. Además, sornaron con el famoso sociolecto cordobés “cu…” y agradecieron la compañía de tanto “gurises”.
Al fin, y como resumen, espectadores ardidos de rock de todo el país, nueve bandas locales, una charrúa y la promesa de dos noches más para incinerar corazones.
Cecilia Burello