Una práctica habitual cuando se está cansado o hace frío, es atrasar “cinco minutos más” a la alarma del despertador. Pero este hábito no es positivo para la salud ya que quien lo hace no se levantaría descansado.
La explicación radica en que, al retrasar la alarma, se activa nuevamente el ciclo de sueño y eso provoca despertarse agotado, con el ciclo “incompleto”.
Al apagar por segunda vez el sonido de la alarma del reloj o el celular, el ser humano cursa posiblemente, la etapa más profunda de sueño. Esto redunda en la escasa activación de los mecanismos de vigilia, por lo que la “fiaca” se prolonga más tiempo.
Estas conclusiones sólo pueden llevarse a cabo luego e investigaciones y de las clásicas encuestas. Según un programa de la BBC, casi el 50 por ciento de los consultados dijeron que no se levantan inmediatamente cuando suena la alarma, posponiéndola varias veces.
El presidente de la Sociedad Española de Sueño (si, existe una), el doctor Joaquín Terán Santos, afrimó que esta conducta delata “una falta de sueño” en la sociedad.
“Cuando alguien necesita despertarse usando varias alarmas, a menudo hay una falta de sueño detrás de eso” y ese défitit “repercute en la actividad diaria”, remarcó el especialista.
Fuente y foto: BBC Mundo
