Suppo: La democracia puede tener deformaciones

El columnista político de la Voz del Interior presentó en Carlos Paz su libro Isla y Laberinto. 30 años de democracia en Córdoba, un recorrido por la historia a través de la reconstrucción periodística.

 

En días en que celebramos los 30 años de democracia,¿cuál es el recorrido de Isla y Laberinto?

El libro repasa la historia política de Córdoba de estas últimas 3 décadas que son las 3 décadas ininterrumpidas en las que la Argentina ha tenido democracia, nunca antes habíamos tenido esa oportunidad con respeto a la Constitución, sin exilios y prohibiciones. Se trata de esa parte de la historia política de Córdoba y quienes la gobernaron. El libro arranca diez años antes, en 1973, cuando se produjo el anterior gobierno democrático con Obregón Cano y la feroz represión en Córdoba, antes del golpe militar como un ensayo general de lo que fue después la Dictadura, trata de explicar cómo fue posible que el radicalismo y Angeloz llegara al poder en el ‘83 y las razones de que perdiera el peronismo, más adelante viene la inversión. Yo cubro política desde 1984 entonces el libro es un mix entre columnas que escribí en el período histórico que voy narrando y otras escritas especialmente para el libro, lo que viene del archivo histórico no lo modifiqué.

¿Qué ha cambiado en la mirada periodística de aquel 1984 y este momento, si es que algo ha cambiado?

Lo que ha cambiado fundamentalmente es la certidumbre de la que democracia llegó para quedarse, en el 83 nadie podía asegurar que Argentina hubiera terminado con la serie fatídica de golpes, gobiernos democráticos y golpes que comenzaron en 1930. Lo que ahora uno observa es que la democracia se ha consolidado con todo lo que falta por hacer y los errores cometidos. La democracia en aquellos años era como un bien a proteger, ahora sigue siéndolo pero se sabe que está consolidada, es diferente el trato que uno le da a una criatura de meses que a una persona de 30 años, vale la analogía porque recuerdo, por ejemplo, que Angelóz lo que se había propuesto en su primera gobernación es terminar su mandato, no había ningún gobernador lo hubiera terminado desde 1942, el último fue Amadeo Sabatini, los demás fueron intervenidos o llegó el golpe. El temor era latente, quería tener 4 años, después se quedó 12 años, exageró un poco, pero ese es otro tema.

¿La democracia es bien tratada en este momento?

Yo creo que la democracia no es un punto de llegada sino un punto de partida. En nuestro país ya tenemos millones de argentinos que nacieron en democracia y no conocen otra forma de vivir. Sería impensado ser privados de libertades fundamentales que hoy gozamos, el derecho a votar, a participar, a circular, a decir lo que sea. De lo que también hay que hacerse cargo en democracia es de los gobiernos que hemos elegido más mal que bien. Por eso a Argentina no le va tan bien como debería irle porque tiene gobiernos que no han hecho lo que deberían, claramente.

Entonces, la democracia se pone en práctica y se mejora…

La democracia es una práctica, sin dudas, es un ejercicio constante también de tolerancia ya que aun dentro de la democracia pueden haber deformaciones que conlleven el riesgo de destruir las libertades básicas y derechos. Estas libertades pueden verse sometidas en nombre de la prepotencia y el fanatismo de una mayoría agravada en detrimento de una minoría sometida.

¿Cuál es el lector que prefiguró para este libro?

Pensé en un lector interesado en reconstruir el pasado, en recordarlo. Yo no soy un historiador, soy un periodista. Y está escrito por un periodista que, como se dice, es quien cuenta la primera versión de la historia. Pretende explicar cómo llegamos al presente y desde dónde, no pretende convencer sino compartir, ahí están los hechos para que cada uno haga su lectura propia.

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