La Fundación Mediterránea fue siempre criticada desde el kirchnerismo como la usina de ideas del neoliberalismo ante el que se paró como la contraparte en economía y política. La presencia de dirigentes de distintos partidos en sus almuerzos no siempre fue bien ponderada y se los acusaba de someterse a los designios ideológicos de una entidad estrechamente vinculada con Domingo Cavallo, entre otros economistas.
El paso de Eduardo Accastello como aspirante a gobernador de Córdoba por el Frente para la Victoria tuvo su repercusión.
Según lo relató el periodista Walter Giannoni en La Voz del Interior, al intendente de Villa María “le fue bien” ante el auditorio de la Fundación Mediterránea, “aunque no pudo evitar que le enrostraran los ‘permanentes ataques’ del Gobierno hacia el empresariado”.
Sigue la crónica:
El intendente K de Villa María fue presentado por el maestro de ceremonias Carlos Franco, entre otras cosas, como fundador de la Juventud Universitaria Peronista de Río Cuarto y del ateneo “Arturo Jauretche” de Villa María.
Un “jauretchiano” en el estrado de la Mediterránea es toda una novedad en materia de recortes ideológicos para una entidad caracterizada más bien por un relacionamiento más estrecho con el mundo que el que proponía aquel pensador revisionista “de culto”.
El jefe municipal, aliado actualmente con Daniel Scioli, arrancó señalando que Villa María pudo transformarse merced a que cuando llegó el viento a favor de la economía, en 2003, ya estaba preparada para aprovecharlo. En 1999 él había sido electo por primera vez intendente.
Luego, explicó que el secreto del éxito de su gestión -algo reconocido por propios y extraños en el mundo de la política y las empresas- obedeció a que los “actores privados articularon con el sector público”.
Como resultado de esas acciones, “en Villa María no hay countries y tampoco hay villas”, dijo. “No puede existir un Estado que no articula, que no escucha”, agregó.
Y recordó, por ejemplo, que con Rodolfo Banchio, presidente del parque industrial villamariense, pertecen a corrientes ideológicas antagónicas y sin embargo el proyecto se llevó a cabo como una política de Estado.
De esa afirmación se tomó luego Emilio Etchegorry, el vicepresidente de la Cámara de Industriales Metalúrgicos de Córdoba, para reclamarle su opinión acerca del destrato con el cual el kircherismo somete al empresariado.
“No compatibiliza su imagen con la del kirchnerismo, no me entra en la cabeza”, dijo el dirigente (fabricante de luminarias y pines) en tono firme.
También Manuel Tagle, presidente de la Bolsa de Comercio y líder del grupo de concesionarias, le hizo un planteo vinculado con el estilo y las políticas del kirchnerismo.
Accastello ensayó el argumento de que hay que corregir las cosas mal hechas y mantener los logros.
Fuente: www.lavoz.com.ar