Alberto “El Gallego” Giménez lleva casi cuatro décadas al volante manejando taxis y camiones. Con la premisa de consultarlo sobre el aumento de tarifa que entró en vigencia, surgió una charla en la que habla del sistema de taxis, de cómo ve a la ciudad de Villa María y la percepción de los pasajeros sobre el nuevo incremento.
-¿Cómo tomó la gente el aumento de tarifa?
-La gente lo toma como el que va a comprar un kilo de azúcar y en lugar de 8 pesos cuesta 10. Son dos pesos más. No hay diferencia. La gente está acostumbrada. No dicen absolutamente nada. Algunos ni leyeron que iba a aumentar el taxi. Se acostumbran enseguida.
-¿Qué representa para ustedes? ¿Es un alivio?
-No. Hay que hacer 10 viajes para lograr una diferencia de 20 pesos. Podes mejorar un poco la situación, pero apenas. Hay que tratar de desgastar lo menos posible el vehículo porque vas al mecánico y te arranca la cabeza.
-¿Se hace difícil el mantenimiento del auto?
-No es tan difícil pero hay que cuidarse, saber manejarse.
-¿Es posible cambiar de modelo?
-Este (dice señalando su Fiat Uno) es el vehículo número 14 que pongo al servicio de la sociedad. Hace 38 años que tengo taxi. ¿Quién no me conoce? Anduve por la ciudad desde pibito.
-¿Cómo está hoy la actividad?
-No muy cómoda, pero vivimos. Yo siempre digo que vivo como me gusta. Que alguno junte un mango extra porque tiene otra entrada, puede ser. Yo tengo la jubilación y con el taxi me alcanza y sobra.
-¿Está bien la cantidad de vehículos del sistema?
-Sí, porque siempre hay más gente. Todos los días llega gente nueva porque esta ciudad es un paraíso. No existe otra como esta. Sus calles anchas, sus árboles. No hay villas miserias y tenemos lo más importante: agua… Y nosotros, los tacheros.