“Dar vida a quien lo necesite” fue lo que decidió a Carina Osses, madre de Narela Pérez, y su familia, a acompañar la ablación de órganos de su hija, fallecida tras el choque sufrido cuando iba en moto por ruta 9, entre Villa María y Tío Pujio.
Narela Elizabet Pérez tenía 22 años de edad y se accidentó el miércoles 15 de marzo por la noche, cuando iba de acompañante en una moto manejada por una amiga.
Un camión de transporte de leche embistió desde atrás la motocicleta en la que viajaban las dos chicas.
Por la gravedad de las múltiples lesiones sufridas, Narela fue trasladada al Hospital Pasteur, donde fue internada en grave estado.
Poco tiempo después se constató su deceso, y su familia estuvo de acuerdo con la donación de sus órganos.
En ese contexto, Carina Ester Osses se comunicó con Villa María VIVO para dar a conocer la voluntad de donación y contar cómo era su hija.
“Dar vida”
“Ella era alegre, divertida”, contó sobre Narela.
También dijo que “siempre fue una nena muy querida, muy de ayudar a todo el que podía”.
Justamente esta forma de ser de Narela impulsó a su familia a ir más allá.
Autorizar la ablación a partir de la consulta que le hicieron los médicos fue un gesto que, entendieron, serviría para extender esa voluntad de ayuda que mostró siempre en vida la joven.
“Porque siempre ayudó a todo el mundo, esto será para que pueda ayudar a darle vida a quien lo necesite”, explicó Carina.
De esta manera, se autorizó a avanzar en la ablación y permitir que Narela pueda seguir ayudando a otras personas a continuar con su vida.
Al momento del accidente, Narela transitaba a la altura del kilómetro 571 de la ruta nacional 9.
Iba sentada en el parte trasera del asiento de una moto marca Keller color azul, conducida por Lucila Daiana Córdoba.
Alrededor de las 22:00 horas, cuando se dirigían en sentido de Villa María hacia Tío Pujio, fueron impactadas desde atrás por un camión.
El vehículo mayor era conducido por un hombre de Ausonia.
Por el impacto, ambas jóvenes fueron despedidas, pero quien sufrió las fatales consecuencias fue Narela.
Ahora, su familia decidió que pudiera continuar ayudando y dando vida, autorizando la donación de sus órganos.