Por UTEM (*).
El 21 de abril de 2015 usted se reunió con algunos trabajadores municipales para, entre otras cosas, pedir que le voten para gobernador y recordar que desea llegar a ser Presidente de la Nación. Como no fuimos invitados a esas reuniones, realizadas en horario de trabajo, deseamos manifestarle públicamente nuestro parecer. Porque, debemos confesarle, nos gustaría mucho poder votarlo para gobernador, aunque no por el cholulismo de compartir la misma ciudad sino porque plantee una política favorable a los trabajadores.
Aunque nos gustaría votarlo no podemos por varias razones, quizás la más importante se relaciona con la violación de los derechos de los trabajadores del municipio de Villa María donde, usted lo sabe o puede consultarlo en el informe público que hicimos al respecto, la mayoría de los empleados están laboralmente precarizados. Es decir no tienen la estabilidad del empleo público que prevé la Ley. Situación que no sólo no ha fue revertida sino que avanzó durante todo el período que ha gobernado usted o su familia. Imagine que para 2001 no llegaban a cien los empleados municipales contratados, actualmente los contamos por varios cientos y a ellos debemos sumarles aquellos que figuran como “facturantes”, “becarios”, etc.
Le pedimos varias veces audiencia, no nos atendió, y tampoco explica públicamente si piensa que el Estado no debe respetar los derechos que pide respeten los privados. Pero mire lo que son las cosas, la estabilidad en el empleo público fue fijada en el 14 bis de nuestra Constitución Nacional, y cuando se discutió ese artículo un constituyente dijo que aquellos empleados públicos que no tienen asegurada la estabilidad ven suspendidos sus derechos políticos pues en cada elección no tienen más que votar a quien, siendo del sector gobernante, puede asegurarle la continuidad de su fuente de trabajo. Porque, usted sabe, cuando se entra a votar no puede dejarse de lado el miedo a perder el empleo. Eso le pasa a muchos compañeros nuestros.
Pero tampoco le podemos votar porque, entienda usted, iríamos en contra de los objetivos de nuestra institución gremial dado que desgraciadamente a la precarización laboral tenemos que sumarle que desde su administración se han negado a derogar los artículos discriminatorios de la ordenanza que regula la relación laboral entre el Estado local y nosotros, los empleados. Para que se entienda son artículos que fijan derechos diferenciados para dos grupos de trabajadores según el año de ingreso a la administración, imagínese que eso es inaceptable para cada una de las personas que integramos la UTEM.
Si bien revindicamos la independencia política de nuestra identidad, bien podríamos nosotros, de manera individual apoyarlo pero lamentablemente no encontramos eco de su administración en revertir la situación de los precarizados, la eliminación de la discriminación y tampoco en el respeto de las normas de higiene y seguridad en los lugares de trabajo. Por eso, entendemos, será difícil que los cordobeses voten una propuesta que contenga estas taras, y nosotros tampoco podemos ignorarlas pues son injusticias que pareciera no quieren corregirse.
(*) Unión de Trabajadores de Estados Municipales.