La boxeadora Juliana Basualdo no logró en París coronarse con el título mundial de peso supergallo de la AMB en el combate pautado con la francesa Ségolène Lefebvre.
En decisión dividida en pelea acortada por un cabezazo involuntario de parte de la francesa, el combate se definió por puntos.
El cabezazo hizo sangrar una herida de Basualdo, y se decidió dar por finalizada la pelea en el quinto round.
Una tarjeta dio 49-46 a favor de Basualdo, mientras que las otras dos dieron 48-47 para Lefebvre.
El camino al sueño mundial
Juliana Basualdo viajó días atrás a Francia, preparándose para lo que describió como la pelea más importante de su carrera, recibiendo en París una cálida bienvenida de parte de argentinos residentes allí, y que se fueron enterando de su desafío.
La velada boxística se programó para este sábado 19 de octubre de 2024 en el Hipódromo de Douai, a partir de las 14 horas de Argentina.
En nuestro país, la pelea podía verse a través de un sitio web especializado en boxeo, previo abonar una suma de 5 euros.
El camino de la “La Profeta” Juliana Basualdo
Juliana Basualdo , conocida como “La Profeta”, es una boxeadora originaria de Sunchales, provincia de Santa Fe, radicada desde hace años en Villa María, Córdoba. Tiene 33 años de edad y hasta esta pelea contaba con un récord profesional de 12 victorias (2 por nocaut) y 5 derrotas.
Este combate marcaba su primera oportunidad de pelear por un título mundial y su debut fuera de Argentina.
Su oponente, Ségolène Lefebvre, de 31 años, llegó a la pelea con un récord de 18 victorias (1 por nocaut) y 1 derrota.
Se sabía de Lefebvre que es una luchadora experimentada, que ha tenido anteriormente títulos mundiales y ha peleado a un alto nivel internacional.
Basualdo se había mostrado confiada en su preparación, afirmando que entrenó al 150% de su capacidad. Pasó un tiempo importante entrenando en Buenos Aires antes de viajar a Francia, donde se siente bien preparada para los desafíos que le esperan.
Su entrenador y pareja, Leonardo Rivera, destacó el esfuerzo puesto en el régimen de entrenamiento, reconociendo las dificultades de competir como peleadora visitante pero expresando optimismo sobre su estrategia para el combate.