Por José Nasseli (*).
Hace unos días se desarrolló en nuestra ciudad el 1º Congreso Ecosistema de Datos (Conecos) organizado por el Municipio, la UNVM, la UTN y la UCA. Su eje fue el nuevo “paradigma de datos abiertos y acceso a la información pública”. El sistema de información instantánea en un portal informático, fue presentado como la herramienta garantista de la “transparencia” en el ejercicio de la función pública.
Fue ensalzado como valor principal de un “gobierno abierto”, estimulando así la confianza del ciudadano respecto a los actos de gestión. En pocas palabras, este portal fue saludado y ponderado como la panacea, la medicina mágica para prevenir los actos de corrupción en el ejercicio de las funciones de gobierno.
1.Antecedentes que agobian. La obsesión de la actual administración de poner distancia y diferenciarse de la gestión municipal anterior, en materia de información pública, es indisimulable. La cerrada negativa del ex intendente a responder los pedidos de informes, además del incumplimiento de los deberes a su cargo, deja al descubierto su nulo apego a las prácticas republicanas de gobierno.
2.“Por sus actos los conocereis”. No se trata de una admonición evangélica. Me refiero a la actitud del Bloque de Concejales oficialista, que se negó rotundamente a permitir una auditoría de gestión. Ese acto los desnuda por completo. Los ediles que con su voto impidieron se abra la “Caja de Pandora” de la gestión Accastello, se refugiaron en la indigente razón del número, a costa de arrojar la racionalidad al cesto de los residuos. También la auditoría al Eninder, aceptada a regañadientes, se sigue dilatando sin justificación alguna.
3.El “otro” paradigma: Hay otro paradigma (modelo, precedente) del que parece que toda la clase política está empeñado en “olvidar” o “ignorar”, Y cuando digo: “clase política” me refiero no sólo a quienes tienen responsabilidades de gobierno, sino también a aquellos que la ciudadanía ungió con su voto como “opositores” pero que parecen han tomado por el cómodo (e idílico) sendero de la tranquilidad, la indiferencia y el olvido. Me refiero a preguntas sin respuestas, para las cuales no existe ninguna plataforma informática, ningún sitio “Web”, solo silencio, misterio y ocultamiento. Y que, oficialistas y opositores, parecen empeñados en esconder en lo más profundo del abismo del “no recuerdo”.
4.Preguntas sin respuestas: ¿Qué función cumplió la “Casa de Villa María en Córdoba”? ¿Cuánto dinero fue dilapidado en esa impostura? ¿Por qué fue desactivada sin una explicación clara y racional? ¿Qué está pasando con los juicios perdidos por el municipio, algunos de ellos agravados por una evidente “mala praxis” en la defensa? ¿Por qué no se publican las rendiciones de cuentas de los Entes (si es que realmente las han rendido)? ¿Por qué los adjudicatarios de las 400 viviendas siguen sin poder escriturar? ¿Por qué no se desactivan contratos onerosos a prestadores de servicios que se llevan buena parte de la recaudación sin beneficios apreciables para la comuna y los vecinos? ¿Por qué los vecinos no participan en las ganancias en la explotación del “estacionamiento medido”? ¿Qué pasa (o no pasa), en torno a las 250 viviendas? ¿Qué pasó (o no pasó) con las tratativas con Teximco respecto a la cesión del “Tesoro de la Abuela”, conocido como “Plaza Ocampo”? ¿Qué pasó (o no pasó) con las declaraciones juradas de Accastello, que estaban en custodia en la Auditoría General? Y así podríamos seguir hasta el infinito.
5.El camino del infierno: No dudo de las mejores intenciones de los distinguidos intelectuales que jalonaron el Conecos. Tampoco vengo a menoscabar a las dignísimas y prestigiosas instituciones que lo organizaron Pero… un certero proverbio español dice que “el camino del infierno está empedrado con buenas intenciones”. Porque para estos interrogantes, parece que no existe plataforma de datos alguna. Y mientras prosigamos en esta tesitura de permitir conocer lo que el gobernante quiere, mientras se oculta lo que se debería traslucir, seguimos empantanados en el punto de partida. Y de nada valdrán las reiteradas alusiones a la “transparencia”, palabra simpática, bonita, atractiva, y al mismo tiempo baldía, hueca, de circunstancia. Porque en la política, como en la vida, las verdades a medias, dejan de ser verdades.
6.Una luz al final del túnel: Debo confesar que escribo estas reflexiones con una gran sensación de dolor y decepción. Pero al mismo tiempo, sigo creyendo en un futuro distinto. En el texto del filósofo del social cristianismo Jacques Maritain se condensa mi esperanza: “…el poder del mal,,,es malbaratar y disipar la sustancia y la energía del Ser y del Bien. Tal poder se destruye a si mismo, al destruir aquel Bien que es su materia. Por tanto, la dialéctica íntima de los éxitos del mal los condena a no ser duraderos…”.
(*) José B. Naselli – Ex Tribuno – Vecino.