Hubo lugar para todos en el palco oficial del acto provincial por el Día de la Bandera. Los que se cruzaron dardos hace dos años, e incluso este mismo 20 de junio se dirigieron críticas, se subieron bien cambiados y peinados a un estado con mucho olor a campaña electoral.
Este año hay elecciones y los polícitos hace meses comenzaron a acomodarse para hacerse un lugar en las listas de candidatos, en sus entornos.
En los dos extremos
No es sorpresa a esta altura la buena relación que tienen el intendente Martín Gill y el gobernador Juan Schiaretti. Pero si se recuerda que en 2015, desde el kirchnerismo, Gill apoyaba la candidatura a gobernador de Eduardo Accastello, desde la que martillaban con que Unión por Córdoba era el pasado…
El propio gobernador lo pone ahora al intendente como uno de los “jóvenes dirigentes con capacidad para gestionar” y lo muestra como la “renovación del peronismo cordobés”. Lo ubica a la par del vicegobernador Martin Llaryora, anunciado candidato a diputado nacional.
Este año Gill hará campaña por Llaryora, cuando hace dos años se la hizo en contra, pugnando para que el lugar de vice quedara en manos de Cacho Buenaventura, el compañero de fórmula de Eduardo Accastello.
También se subió al palco la legisladora Nora Bedano, que asumió ese cargo como kirchnerista desde Córdoba Podemos, y hace poco se pasó a la bancada oficialista a la que combatió en la campaña en la que se postuló. Le tocará hacer el mismo recorrido que Gill.
Desde los gremios
También estuvo en el palco el concejal kirchnerista de Villa Nueva y secretario general de la CGT local, Edgardo Garmendia. En su muro de Facebook pide por la unidad del peronismo desde la agrupación La Nestor Kirchner.
Al palco también se acercaron Juan Carlos Rodriguez y Carlos Andrada, dirigentes de la UEPC, enrolados también en el kirchnerismo en su momento, y protagonistas de las última protestas en Villa María en contra de Schiaretti. Pero esta vez atravesaron el cerco y se entremezclaron en el sector de las autoridades que encabezó el gobernador.
En términos generales, y sin una estructura de poder real que lo sostenga a nivel nacional o provincial, parece que lo que en su momento fue un consistente kirchnerismo a nivel local, hoy aparece dispersado o convertido nuevamente al peronismo provincial, que no es más que de donde venía en su mayor parte.
En tono de campaña, el gobernador enfatizó que lidera el “único peronismo que siempre defendió a los cordobeses”. La alusión fue para el peronismo kirchnerista y su acompañamiento a una gestión nacional con la que estuvo enfrentado.
De hecho, Schiaretti no dejó dudas cuando afirmó que “hay un ciclo que terminó: el que encarnaba la expresidenta Cristina Fernández”, y la consideró “una etapa superada del peronismo”.
No se escuchó en el frío martes feriado a nadie retrucarle en Villa María esa afirmación.