Por UCR Villa María.
Una vez más el 10 de diciembre nos invita a la reflexión. Se cumple un nuevo aniversario de aquella asunción democrática que puso fin a la dictadura militar, y que como bien lo expresaba un slogan de campaña del radicalismo “Más que una salida electoral, una entrada a la vida…”
Alfonsín y Martínez en la Nación, Angeloz y Grosso en la Provincia, Horacio Cabezas en Villa María, se convertían en las nuevas autoridades, y como decían los protagonistas de aquellos días, la libertad, la democracia, los sueños, la esperanza, estaban a la vuelta de la esquina.
Raúl Ricardo Alfonsín se ha convertido en el paladín de la democracia resurgida en 1983, siendo hoy reconocido por amplios sectores de la ciudadanía, especialmente aquéllos que entendieron el mensaje amplio y profundamente comprometido con los valores democráticos, el respeto por la pluralidad de ideas y la construcción de la cultura nacional.
Los integrantes de este Comité de Circuito sentimos la necesidad de reconocer, una vez más a estos grandes hombres que supieron capitalizar e interpretar el sentir de una militancia partidaria y extrapartidaria, acerca del sentido que tuvo dejar atrás una larga noche, oscura y tenebrosa, como fue la dictadura militar de 1976.
Los ciudadanos argentinos vivían el advenimiento de la democracia como una verdadera fiesta. La posibilidad de superar una de las más oscuras etapas de nuestra historia para la gran mayoría del pueblo significó un verdadero avance cívico.
Democratizar las instituciones era la consigna, el país sufría la instalación de años de represión y autoritarismo.
Puso en acto un llamado a la democratización de las instituciones, especialmente las educativas, sabiendo que en ellas debe desarrollarse el verdadero germen de la democracia. Vale la pena recordar que, durante su Gobierno, se desarrolló uno de los proyectos educativos más destacados para jóvenes y adultos que estaban fuera del circuito educativo, proyecto premiado por la UNESCO.
Sus políticas trascendieron las fronteras y marcaron un rumbo, fijando posiciones estratégicas más allá de nuestras fronteras.
Como nadie supo interpretar el sentir de un pueblo y fue muy claro en reconocer que la tarea que emprendía cuando asumía el gobierno no sería tarea fácil, “iniciamos una etapa que sin duda será difícil porque tenemos todos la enorme responsabilidad de asegurar hoy, y para todos los tiempos, la democracia y el respeto por la dignidad del hombre en la tierra argentina”.
Desde éste comité, y a sabiendas que don Raúl ya no nos pertenece a los radicales solamente, porque es de todos los que creen en la democracia, queremos recordarlo para que su conducta sea la inspiración de toda la dirigencia política.
Alfonsín creyó y lucho por la política, bregó incansablemente por una democracia de partidos, pero siempre anteponiendo los intereses de la república por sobre cualquier interés partidario… no fue un político que se enriqueció con la política, ni un presidente que tuvo que desfilar por los tribunales, y tuvo la humildad de reconocer que hubo cosas que no supo, que no pudo o que no quiso concretar.
En este 10 de diciembre recordamos su mensaje a los jóvenes en su última aparición pública: “Sigan a ideas, no sigan a hombres, fue y es siempre mi mensaje a los jóvenes. Los hombres pasan, las ideas quedan y se transforman en antorchas que mantienen viva a la política democrática”.