Automedicación: Cómo “una pastillita” puede ponernos en riesgo

[ENTREVISTA] La automedicación es en estos tiempos una práctica tan recurrente como peligrosa. Si hiciéramos una encuesta muy probablemente la totalidad de los encuestados aceptarían que alguna vez se autoindicaron al menos un analgésico.

Esta conducta suele potenciarse con la llegada del frío y los primeros síntomas gripales. Por eso, VILLA MARIA VIVO entrevistó a la infectóloga del hospital Pasteur Soledad Frola quien brindó un panorama preciso de un patrón cultural que crece cada vez más.

“Nosotros notamos que habitualmente llegan los pacientes a la consultas ya habiéndose medicado y buscan que uno le corrija para ver si está bien o mal lo que están tomando porque llevan días o semanas automedicándose y no mejoran”.

Según la infectóloga “esto se da en un altísimo porcentaje y en un abanico amplio de posibilidades pero en el que se destacan los antiflamatorios, gastroprotectores, sobre todo omeprazol, hipertensivos, analgésicos y fundamentalmente antibióticos”.

Un tema cultural

En cuanto a la conducta de quien decide automedicarse, Frola explicó que “es un tema cultural y de múltiples factores. En primer lugar un fenómeno propio del ser humano de querer resolver de manera inmediata y sin tener que perder tiempo. Y buscamos lo que tenemos a mano siguiendo algunos patrones como indicativos: o tomo lo que me hizo bien antes o lo que le indicaron a un amigo en un caso similar y en última instancia busco en internet para ver cuál es la receta indicada para mi enfermedad. Inclusive a veces hay personas que ya están medicadas y toman drogas que están contraindicadas causando graves problemas”.

Además resaltó que el sistema “lento” de salud, en alusión a las demoras en el acceso a los turnos, acrecientan la posibilidad de recurrir a un autodiagnóstico y mal uso de medicamentos.

Casos de sobredosis

“Pero lo más significativo y preocupante es que la gente no lo ve como una conducta de riesgo y estamos teniendo frecuentemente internaciones por reacciones adversas a la medicación. Reacciones alérgicas, alteraciones renales, casos de sobredosis porque van variando la medicación de manera extrema y generan un nivel de toxicidad importante; y en los últimos tiempos gente que toma diuréticos porque se ven gordos. Decididamente creemos que estamos tomando una pastillita inofensiva sin saber que podemos alterar cualquier sistema de nuestro organismo”, explicó Frola.

El caso más representativo de lo erróneo que resulta seguir esta conducta es el uso de antibióticos para curar la gripe. Acá estamos hablando de una enfermedad viral y los virus no se tratan con antibióticos.

Para revertir este patrón cultura, Frola hace incapié en la educación y la toma de conciencia de la población. “Hay muchas decisiones que sólo el médico puede tomar, por su formación y experiencia ante casos sintomáticos que se presentan. No podemos ponernos a la altura de un especialista. A nadie se le ocurriría a levantar una pared sin tener los conocimientos mínimos de albañilería o de arquitectura. Tenemos que entender que estamos poniendo en peligro nuestra salud”.

Foto: www.hola.com.

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