Uno de los más emblemático hoteles de Villa María continúa con sus puertas cerradas, luego de que quien lo administraba desde hacía más de una década, desalojara los húespedes, cerrara con candado la puerta, y no diera más señales de vida por la ciudad.
La primera noticia de todo esto se la encontraron los propios trabajadores, cuando la mañana del lunes 5 de mayo llegaron a su lugar de trabajo y se lo encontraron cerrados. Nadie les respondía por teléfono y sólo un mentiroso cartel de “cerrado por reformas” les daba un indicio desde la puerta de vidrio de entrada.
Desde la Delegación Regional del Ministerio de Trabajo se labraron actas, se dispusieron audiencias y se citó a las partes a comparecer. Pero solamente los empleados y el gremio de Gastronómicos (Uthgra) asistieron a cada reunión.
Quien era el concesionario del hotel, Juan Carlos Ballabriga, no respondió nunca a los reiterados citatorios desde el Ministerio. En la audiencia prevista para el 25 de junio se especulaba que de no presentarse, sería traído desde Córdoba –donde reside- por la fuerza pública, pero pasó la audiencia y siguió sin dar respuestas.
Los empleados recibieron el telegrama de despido una semana después de cerrado el hotel, lo que les sirve para cobrar el subsidio por desempleo. Pero no tiene solución a sus reclamos de haberes, vacaciones e indemnizaciones adeudadas.
El edificio en el que históricamente funcionó el City Hotel pertenece a los mismos dueños del Hotel República. Ballabriga lo alquilaba para explotarlo comercialmente.
En algún momento, se insinuó la posibilidad de que los trabajadores formaran una cooperativa para alquilar el hotel y administrarlo, pero la idea no prosperó, al menos hasta ahora.
Pasaron 50 días desde el sorpresivo cierre. La ciudad ha perdido un simbólico hotel y los empleados sus fuentes de trabajo, sin que nadie les haya dado hasta el momento una solución.
foto: www.villamariavivo.com
