Crecen los ataques de pánico y se dan más en mujeres jóvenes

“De repente sentí miedo sin que hubiera causa alguna. El corazón me latía apresuradamente, me dolía el pecho, sentía mucho miedo y se me dificultaba cada vez más respirar. No sabía cómo era un ataque de pánico. Llegué a creer que me iba a morir”. Cada vez con mayor frecuencia asistimos a testimonios de esta índole por parte de alguien de nuestro entorno que sufrió un ataque o crisis de pánico.

VILLA MARIA VIVO entrevistó a la psiquiatra Fernanda Aimar, profesional de la salud pública y actual integrante del equipo profesional de Ostamma Salud, para repasar algunos conceptos asociados al trastorno psiquiátrico más popular de la actualidad.

“Dentro del amplio abanico de trastornos de ansiedad que se pueden manifestar en una persona, el ataque de pánico es el de mayor crecimiento en la última década: hay una prevalencia que va entre el 2 y el 5 % de la población general; cifra que supera inclusive al aumento de pacientes con trastornos depresivos”, explicó la profesional.

Las causas

Si bien los síntomas en ataques de pánico se presentan intempestivamente, sin causa inmediata alguna aparente, si indagamos, seguro encontraremos una causa psicológica que acompaña esta sintomatología, agregó Aimar.

El nivel de estrés, asociado al ritmo y exigencias de vida actuales, generan condiciones desfavorables para aquellas personas que poseen una predisposición genética al trastorno de ansiedad. Sin embargo no todas las personas desarrollan un trastorno de ansiedad. Quienes poseen antecedentes familiares pueden variar el cuadro psiquiátrico porque la prevalencia hacia una u otra manifestación siempre es individual, explicó.

“Hay proyectos de vida que tienen objetivos muy elevados y suelen generar frecuentes frustraciones. Hace 30 años proyectábamos a largo plazo tener una casa o un auto, hoy, con la dinámica de consumo actual, queremos que eso llegue ya. Aspiramos a tener todo lo que está de moda, irnos de vacaciones dos veces al año: estos son factores sociales de los que es muy difícil escapar”, señaló.

El momento: “Los ataques de pánico pueden ocurrir en cualquier momento o lugar sin previo aviso. A menudo ocurren en los sitios menos esperados: una reunión social, mientras viaja o mientras descansas en unas vacaciones incluso en el medio de una compra en el supermercado. Suele darse mucho al levantarse de la noche”.

Los síntomas: “Están siempre son las palpitaciones y la sensación de ahogo o falta de aliento el resto (adormecimiento en miembros superiores, vértigo, etc.) puede estar o no.
Cognitivamente el miedo a morirse es el síntoma más común, aunque el temor a volvernos locos y la despersonalización (en menor medida) son también frecuentes”.

El diagnóstico: “El ataque de pánico es el trastorno psiquiátrico que más gasto genera en salud. Esto se debe a que, antes de llegar al psiquiatra, el paciente realiza un extenso “recorrido clínico para acceder a otras valoraciones neurológicas, cardiológicas o endocrinológicas, entre otras, por la similitud de los síntomas”.

El tratamiento: “Lo primero que deben saber quienes padecen esta enfermedad es que tiene solución. Si bien en psiquiatría no hablamos de ‘cura’, podemos decir que la crisis de pánico tiene buen pronóstico: mejora y, generalmente, no se repite. El tratamiento siempre requiere farmacoterapia (ansiolíticos y antidepresivos) y un tratamiento psicológico (se recomienda tratamiento cognitivo-conductual)”.

Calidad de vida: “La calidad de vida que tiene alguien con esta patología es malísima; es una patología tremendamente incapacitante tanto en la actividad laboral y social. Los círculos se van achicando cada vez más”.

Prevalencia: “Si bien en los últimos años ha aumentado las consultas de hombres jóvenes, el grupo etario con mayor prevalencia son las mujeres en su etapa de adultez joven (entre 20 y 30 años). Esto último se debe a una cuestión hormonal”.

Ayuda: “La gente ha perdido la vergüenza de ir al psiquiatra. Hoy los medios y las nuevas tecnologías han ayudado a conocer mucho más sobre estas enfermedades y a entender que la angustia y la ansiedad son síntomas clínicos. Debemos alentar a quienes convicen con estos síntomas a buscar ayuda profesional”.

Foto: Ilustrativa / www.infobae.com.

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