Un camionero de 42 años de edad asumió los hechos de amenazas y golpes ejercidos contra una exesposa, una exconcubina y un hijo, y recibió de parte de la Fiscalía de Cámara un pedido de condena de tres años de prisión en suspenso, además de un tratamiento psicológico.
Cristian Marcos Guerrero llegó a juicio acusado de varios hechos de violencia de género, con amenazas de muerte, gritos, golpes e intento de ahorcamiento. Las víctimas fueron su exmujer, en enero de 2016, y su concubina por entonces, en abril de este mismo año.
Para el fiscal Francisco Márquez, Guerrero es una persona para la que “es natural ejercer la violencia porque la sufrió de niño”, y que sus conductas “no son producto de la maldad, sino de la educación”, que recibió. “Tiene un modo patriarcal de querer hacer las cosas a la antigua”, definió.
Los hechos
La acusación que se leyó en la Cámara del Crimen relató que en el último verano, cuando se encontraba en el río y había consumido alcohol, tomó de la cabeza a unos de sus hijos y lo sumergió en el río. Todo porque le había deseado a otro de sus hermanos que se ahogara. “Vas a saber lo que es ahogarse”, le gritaba el padre mientras le mantenía la cabeza bajo el agua.
Luego de eso, discutió y amenazó a su ex mujer, Lorena Wolker, en un hecho que terminó agarrándose a los golpes con la Policía.
El otro hecho de gravedad ocurrió en abril, en la casa que ocupaba con su concubina Macarena Nahir Casanave, con quien tiene un hijo, en barrio Mariano Moreno.
La mujer fue víctima en una jornada de golpes, gritos, amenazas con arma blanca, e intento de ahorcamiento.
La violenta situación alertó a vecinos, que dieron parte a las autoridades para que actuaran. Cuando sonó el timbre de la casa, Guerrero dijo: “Debe ser la Policía. Si es así, decí que acá no pasó nada”. En esa ocasión también había bebido.
Cuando la mujer abrió la puerta y constató que era la Policía, decidió escapar junto a su hijo. Se pudo constatar que habría sufrido lesiones. El camionero fue detenido.
Pedido de Condena
Para Marquez, resultó difícil establecer un pedido de pena. Dijo que “todas las soluciones son malas” porque “es dañoso soltarlo y también que siga encarcelado”.
Finalmente se inclinó por una pena que permita la resocialización del individuo y un mensaje para sociedad de que su actuación estuvo mal.
Pidió 3 años de prisión condicional, con tratamiento psicológico a impedimento de contacto “para que pueda recuperar su trabajo y seguir alimentando a las familias, y pagar la cuota de la casa en la que viven sus hijos”.
El juicio fue abreviado, ya que las partes acordaron la pena pedida por el fiscal. Después de cuatro meses preso, Guerrero recuperó la libertad.
El hombre es oriundo de Lomas de Zamora pero vive en Villa María. Tiene en total 6 hijos, cinco de ellos con la primera mujer.
Fotos: VillaMariaVivo.com.
