Una mujer que vive en Cipolletti, provincia de Río Negro, viajó hasta Villa María para acompañar a su hija, una estudiante que denuncia acoso permanente de un vecino del mismo complejo de departamentos donde vive.
Silvia es su nombre, y teme por la integridad de su única hija mujer, quien tiene 21 años y es estudiante de nivel terciario en Villa María.
La joven viven un departamento en barrio Lamadrid.
Su madre sostiene que un vecino, ocupante del departamento en el piso inmediato superior, la acosa tomándole fotografías e ingresando a su domicilio sin premiso.
La madre acompañó a su hija a hacer la denuncia en la Unidad Judicial, donde le dijeron que “se trataba de una contravención, no de un delito”, según narró la mujer a Villa María VIVO.
“¿Acaso tiene que manosearla, mostrarle el miembro o violarla para que la Policía haga algo?”, se preguntó.
El acoso a la estudiante, narrado por su madre
“Mi hija vive sola. Está estudiando acá en Villa María. Se fue a vivir a un departamento que le presta su padre. Ella pesa 45 kilos y mide 1,50 metros. Arriba hay un hombre grandote, que empezó a entrarle al departamento, la mira la cara y se tocan los genitales”, relató la mujer, quien se vino de Río Negro para hacer una denuncia por acoso.
“En la Policía no le quisieron tomar a mi hija la denuncia. Entonces me vine de Río Negro, desesperada. Mi hija queda a la deriva”, agregó.
Contó que estando en la ciudad, el día miércoles, cuandos se hija dormía la siesta y ella limpiaba la cocina, este hombre volvió a entrar al departamento.
“Cuando salgo a buscar el escobillón estaba el tipo parado en la puerta de mi hija, filmando hacia adentro y manoseándose. Empecé a los gritos. Y acá (en la Policía) le dijeron a mi hija que es una contravención. O sea, ¿hay que esperar que este tipo la viole a mi hija? Porque sabe que vive sola”, expuso la madre.
“Yo me tengo que volver a Río Negro. Estoy a 1200 kilómetros. ¿Cómo hago para socorrer a mi hija?”, remarcó
Finalmente contó que a su hija le tomaron la denuncia, pero que ella quiso también aportar lo suyo y, según agregó, no se lo permitieron.
Contó también que una vez que su hija lo encontró dentro del departamento y le pidió que no vuelva a ingresar, este hombre dejó de hacerlo.
Pero sostiene que la sigue intimidando cada vez que se la cruza por las escaleras o en las inmediaciones.
“Todo esto es desesperante para mí que vivo tan lejos y mi única hija mujer”, insistió la madre de la joven en su reclamo porque se tomen medidas para que cese el acoso que sufre la joven.
Como un intento de darle mayor seguridad, un hermano de la estudiantes se viene a vivir desde Río Negro a Villa María para acompañarla y tratar de evitar que se den situaciones más graves.
