En el marco de la conmemoración del Día de la Industria, el presidente del Parque Industrial, Logístico y Tecnológico Villa María (PILT), Carlos Pizzorno, analizó el presente y el futuro de la entidad, que se convirtió en un emblema del sector en la ciudad.
Sobre la actualidad, destacó dos desarrollos empresariales que significarán cambios cualitativos para la producción regional: el depósito fiscal aduanero, recientemente habilitado, y la planta del Clúster Quesero Villa María, que está en ejecución.
Uno servirá para potenciar el comercio exterior, facilitando la internacionalización de las empresas y la búsqueda de nuevos mercados; mientras que el otro, conformado por diversas organizaciones del sector público y privado, permitirá agregar valor a las empresas lácteas y ofrecer nuevos productos.
“Son dos proyectos estratégicos que generarán un cambio rotundo y que seguramente impulsarán nuevos desarrollos. Creo que serán un punto de inflexión, un cambio en la pendiente de la curva”, graficó.
En el mediano plazo, el directivo avizora una creciente vinculación entre las industrias y las universidades locales, para que el conocimiento científico y tecnológico de las casas de altos estudios logre su aplicación concreta en las organizaciones, promoviendo la innovación en procesos y productos.
Iniciativas
El directivo también se refirió a las iniciativas que está llevando adelante la entidad, como las naves industriales para que emprendedores realicen sus actividades productivas.
Sobre la Nave 1, que ya está operativa, expresó que la intención fue lograr la radicación de empresas “de muchísimo valor agregado; por eso pusimos la vara muy alta y hasta ahora los espacios que hemos adjudicados responden a esos lineamientos”.
A su vez, explicó que a medida que avanzaban en ese programa el Directorio advirtió que los interesados se relacionaban mayormente con el sector de la alimentación.
“Entonces nos pusimos a trabajar con el nuevo galpón de emprendedores, que es más caro que el anterior porque tiene otros requerimientos por el tipo de producto, con respecto a aislación térmica, asepsia, instalaciones sanitarias y demás. Y se sumó también la Nación, que mandó una buena parte del dinero para la nave y otras obras, como el cambio de iluminación del parque con luces led inteligentes, que posibilita una gran eficiencia en el consumo de energía”, dijo.
De igual manera que en la Nave I, la búsqueda de ocupantes se orientará hacia emprendimientos de alto potencial, para lo cual se conformará una comisión interinstitucional que evalúe proyectos, de la que también formarán parte las universidades locales, AERCA y la Municipalidad.
“Se desmenuzará cada proyecto para analizar su factibilidad y perspectiva a futuro. A nivel comunitario me parece que estas acciones son las que más llaman la atención de la gente, tal vez porque no hay muchas opciones de este tipo”, sostuvo.
Hacia adelante
“Creo que las universidades van a tener una participación creciente en el parque, fundamentalmente a partir de la vinculación tecnológica con las empresas que están en el predio. Muchos empresarios todavía no hemos podido vislumbrar -y me incluyo entre ellos- el enorme apoyo que puede ser la ciencia a través de las universidades, que poseen laboratorios y personal de elevada capacitación que las pymes no tenemos”, subrayó el empresario.
Según su visión, con esa interacción las pymes podrán contar con espacios de investigación y desarrollo para innovar, algo que en la actualidad no pueden alcanzar por falta de recursos.
Finalmente, Carlos Pizzorno valoró el acompañamiento de las autoridades municipales, facilitando la gestión de la entidad.
“Estoy enormemente agradecido a Martín Gill y Pablo Rosso por la libertad que nos han dado en la administración, porque nos permite trabajar con mucha rapidez y celeridad. El PILT es una sociedad de economía mixta que se maneja con los tiempos de una sociedad anónima y eso brinda mucha dinámica”, afirmó.