Más de 200 “bikers” divididos en categorías según el nivel de sus habilidades, ocuparon la tarde del domingo el skate park de Villa María con una competencia.
Divididos entre amateurs y calificados, los jóvenes se midieron en destrezas y trucos al volante de sus bicis, durante varias horas, entre el sol y el cemento de la pista.
El torneo tuvo visos de informalidad que no le restaron relevancia si se toma en cuenta que dos centenares de jóvenes estuvieron practicando este deporte extremo en un clima de armonía, con el respeto a las pautas acordadas y un sistema de clasificación aceptado por todos.
La convivencia dentro de esta actividad no es frecuente verla reflejada de la misma manera en otros deportes. Aquí no hay alambrados que separen al público de los protagonistas ni la necesidad de policías para separar parcialidades. No se ve alcohol ni tabaco y las energías están puestas en lograr el truco más esforzado y más aplaudido.
