Los dos exempleados de la sucursal Villa María del Banco de Córdoba fueron condenados a tres años de prisión en suspenso en la Cámara del Crimen de Villa María por defraudación calificada.
El caso se destapó a mediados de 2009, cuando se advirtió que el entonces supervisor del área de compraventa de dólares, Maximiliano Porporato, y el cajero Gustavo Enrique Day, fraguaban supuestas operaciones de compra de dólares usando cuentas de clientes del banco, y se quedaban con la diferencia de cotización de la compraventa de la divisa extranjera.
Se dectaron más de 20 operaciones de esta clase entre mayo y junio de 2009.
La operatoria era confeccionar boletos de compraventa de dólares utilizando los nombres de titulares de cuentas que no tenían mucho movimiento, y usando para ellos las claves y sellos del banco que habitualmente manejaban estos funcionarios para ese tipo de operaciones.
Un empresario, familiar de una mujer mayor que figuraba como una de las compradoras, fue quien permitió destapar la maniobra.
Lo que hacían los exempleados del banco era quedarse con la diferencia de cotización de la divisa a partir de estas operaciones.
En su argumentación, el abogado del banco, Juan Ramón Echegaray, recordó que ninguno de los casos mencionados como testigos reconoció haber ido la sucursal a tramitar la compra de dólares.
En el juicio, los exempleados, que siguieron cobrando sus sueldos hasta 2014, admitieron los hechos y se llegó a este acuerdo de sentencia de tres años en suspenso.