Franco Sosa tras la absolución por la muerte de su hijo: “No le deseo a nadie lo que he vivido”

Franco Sosa, juzgado por homicidio calificado por el vínculo en perjuicio de su hijo, Lázaro, de cuatro meses de edad.
  • Dio su versión sobre ese fatídico día en que perdió Lazaro la vida.
  • Insto a reflexionar sobre su “condena pública” previa a un juicio.

Hace unos días en Tribunales de Villa María y con jurados populares absolvieron a Franco Sosa por el beneficio de la duda.

El papá de Lázaro Sosa era el único imputado que llegó a juicio por la muerte del pequeño con síntomas de bebé sacudido. Su madre había sido absuelta con anterioridad.

En diálogo con los medios expresó: “Lo que he pasado realmente no se lo deseo a nadie. Sentimentalmente, por mi familia y aparte por la pérdida de un hijo. Aparte en aquel año 2022 cuando fue todo el boom que fue mediático y por parte de la justicia. A mí me defenestraron. Y los que acá estaban afuera eran mis padres, que les costó un montón”.

El trágico episodio

Además, brindó detalles sobre lo ocurrido en ese día en que Lázaro perdió la vida.

“Yo me estaba bañando, no recuerdo qué tiempo fue en el que estuve en el baño. Salgo rápido y entro al dormitorio y a medida que me iba cambiando, siento una tos con líquido. Inmediatamente suelto la toalla y me acerco hasta el coche y le veía de la naricita y de la boca que le salía líquido amarillo con puntitos blancos”.

“Yo me asusto obviamente, también porque no tenía rigidez la cabecita y los bracitos. Atino a llamar en primer lugar a los bomberos, pido un móvil y me dicen que no que ellos no podían mandarme -textuales palabras-. Que me tenía que comunicar a la policía o al hospital”.

“A todo esto Lázaro no respiraba casi nada. Llamo a la madre y desesperada mal me dice no te muevas de ahí. Quédate ahí que yo ya estoy yendo en camino y lo vamos a llevar al médico. Obviamente seguía haciéndole las reanimaciones. Sentía de que el aire que le entraba por la boquita era como vacío”.

Y continuó: “En eso llamo a la policía y me atendió una mujer, ella me iba dando indicaciones. Y dijo una mentira que yo le cortaba el teléfono a la policía. Necesitaba ayuda, que fueran hasta el domicilio me cargaran y me llevaran con mi hijo porque yo en la moto solo no podía”.

“Ahora ustedes dirán: ¿Y por qué no saliste a pedir a gritar o a pedir ayuda como si lo hizo la mamá, Estefania, cuando llegó y salió afuera de la calle? Porque en ese momento yo estaba pensando en reanimarlo”.

“Mi hermana mayor qué me iba a ayudar si estaba cuidando a los dos chicos, a mis dos sobrinos. Me hablaba la policía y me pide la dirección. Me dice que me quedara tranquilo, seguía con las indicaciones y que el móvil ya estaba yendo. Que terminó llegando más rápido la mamá de Lázaro que el patrullero”.

Momento de desesperación

Respecto al síndrome del bebé sacudido que es la causa de la muerte, esbozó:

“Ahí llega la madre lo agarra y nerviosa, le da el sacudón y yo la tomo de los brazos diciendo que no le hiciera así porque no estaba reaccionando”.

“Entonces sale afuera a gritar, a pedir auxilio. Cuando entra adentro empiezan a venir los vecinos, a entrar vecinos. Entra a la cocina y le da un zamarreo más. Pero no la juzgo por el momento de desesperación”.

Concluyó: “Yo realmente esa situación no se la deseo a nadie y si ahí constatan en la tomografía de que tenía como hematoma cerebral. A lo que mi ignorancia yo le pregunto a la doctora ´qué es lo que es eso y me dice son como golpes que él tuvo en la cabecita´Ahí la madre dice ´Ah sí, me acuerdo que tal día a mí se me había caído cuando estaba en el cochecito pero no recordaba si había dado la cabecita con el piso o no”.

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