Gastón y Jonatan eran dos hermanos que no se llevaban bien. Y como dice el Martín Fierro, si entre ellos se pelean, los devoran los de afuera. En este caso fue la ira, la muerte y la cárcel quienes los separaron por siempre: uno fue a la tumba y el otro condenado a cuatro años de cárcel por “homicidio en exceso de legítima defensa”.
El hecho ocurrió en marzo de 2017 en la ciudad de Oliva y se juzgó este martes en los Tribunales de Villa María.
“Lo quiero mucho”
El condenado, Gastón Joaquín Omar Martinatto, pidió perdón a su familia por el daño que hice. “Lo extraño y lo quiero un montón”, dijo sobre el hermano la que mató.
De acuerdo a lo relatado en Puntal Villa María, el altercado fatal comenzó un día que la madre de ambos, María Cristina Pereyra, había cobrado su pensión. Ambos le habían pedido dinero a la mujer.
La manzana de la discordia
Los hermanos se disputaban el dinero y celaban los beneficios que pudiera tener uno y otro. La situación explotó por una manzana que Gastón se puso a comer, y Jonatan le reclamó que le dejara comida para su madre.
La cosa se puso peor: el mayor golpeó a Gastón, quien quedó arrinconado y armado con el cuchillo usado para pelar la manzana. En ese momento se mete en el medio Georgina, otra de sus hermanas, la que es apartada a empujones.
Gastón, según dijo, con temor de morir, atacó y clavó el cuchillo en el cuello de Jonatan, provocándole la muerte.
En el juicio, el fiscal pidió que se lo condenara a 8 años de prisión por homicidio simple, pero finalmente el Tribunal le asignó cuatro años de condena.
Foto: Ilustrativa.