Cuatro villamarienses cruzaron Los Andes en bici entre este lunes 9 y martes 10 de enero. La travesía, los escollos y la emoción del objetivo cumplido.
Hernán Defago, Mauricio Sánchez, Matías Schuck y Claudio Kap son los locales que se atrevieron a este desafío de hacer la gesta heroíca, la sanmartiniana. Además, Miguel Ponce de León les hizo de apoyo en una camioneta.
Se trata de una experiencia que otros villamarienses hicieron corriendo o villanovenses caminando, y todos acuerdan en que es única.
Los Andes en bici
En una entrevista con Villa María VIVO desde La Serena en Chile, donde se encuentran descansando para emprender el regreso, contaron los detalles.
-¿Cómo surgió la idea de cruzar los Andes en bici?
Surgió ya hace varios años y fue cambiando la forma de realizarla y los integrantes de esta travesía con el paso del tiempo hasta que se pudo concretar de esta manera.
-¿Se dedican como aficionados? ¿Qué entrenamiento conlleva?
Los cuatro somos aficionados del ciclismo de montaña, y en menor o mayor medida participamos en distintas competencias a lo largo del año por lo que entrenamos entre 15 y 20 horas semanales.
Para todos los integrantes del grupo fue nuestra primera vez en hacer el cruce en bicicleta.
-¿Hubo algún tramo más complejo? O en el que pensaron en abandonar?
Nada salió de acuerdo a lo planificado ya q al llegar a la aduana argentina ubicada en la localidad de Los Flores, San Juan, la misma estaba cerrada por acumulación de nieve en la cordillera, así que estuvimos los primeros tres días esperando que reabran el paso. Esos días los aprovechamos para pedalear por distintos lugares cercanos con la esperanza que liberaran el tránsito al otro día, pero eso recién se dió al cuarto día de haber llegado a la frontera.
Al cruce lo hicimos en dos etapas de 100 km cada día.
El tramo más complejo se dio superando los 4000 metros, ya que el mal de altura comenzó a hacernos efecto causando dolor de cabeza, mareos y los pulsos cardíacos aumentaban desmedidamente. Esto sumado al desnivel positivo y la acumulación de horas pedaleadas, causaba mucha fatiga, pero la cima ya estaba más cerca y nada nos hacía pensar en abandonar.
La emoción de lograrlo
-¿Cuál es la postal que no van a olvidar nunca del recorrido?
“El momento más emotivo sin dudas fue pasar por el arco que marca el punto más alto de la frontera, a 4850 metros sobre el nivel del mar”
Todo el viaje estuvo cargado de postales para no olvidar jamás, como los campamentos en la aduana, como un día pedalear por el lecho de un río que se había llevado el camino que teníamos previsto hacer, pasar por paredes de hielo e infinidad de paisajes y momentos inolvidables.
Mira uno de esos momentos inolvidables: