En el camino hacia el 150º aniversario de la ciudad, en la mañana del miércoles 28 se colocaron dos marcas de memoria en los edificios donde funcionaron por primera vez las bibliotecas Bernardino Rivadavia y la municipal Mariano Moreno, como actividades enmarcadas en el eje del mes de junio, orientado hacia las experiencias educativas y culturales que dejaron una huella, hasta el presente, en la construcción de Villa María como comunidad.
A través de la Subsecretaría de Cultura, y de la mano del Programa de Historia Oral y Memorias Locales, la primera señalización se colocó en la esquina de calles Entre Ríos y San Martín, donde funcionó en sus comienzos la biblioteca Bernardino Rivadavia y que fue la semilla para la creación de un conglomerado educativo que hoy cuenta con distintos niveles educativos, desde el inicial hasta superior.
Luego, en horas del mediodía, fue el turno del espacio originario de la Biblioteca Municipal y Popular Mariano Moreno, en José Ingenieros 16. Allí, al igual que en el acto anterior, se descubrió una huella conformada por una serie de libros escritos por autores villamarienses y una placa recordatoria.
Qué son las huellas de la memoria
“Las huellas de memoria nos permiten construir un recorrido histórico a partir de instituciones y acontecimientos, contada por quienes recibieron el legado de otros y también por los propios actores”, expresó el intendente Martín Gill, refiriendo a los trabajadores, escritores, poetas, lectores y hacedores en general que estuvieron en el pasado y están en el presente ligados a las bibliotecas de la ciudad.
Asimismo, el mandatario puntualizó especialmente en la figura de Antonio Sobral, quien zanjó su legado no solo en la ciudad sino también en la provincia de Córdoba y en la Argentina.
Foto: Prensa Municipalidad de Villa María