Hace pocos días la muerte de Cristina Pagnone, de 37 años, conmocionó a la ciudad. La mujer falleció horas después de realizarse un tatuaje en la zona de la cintura. Este jueves 8 la Fiscalía comenzó a investigar el caso caratulado como “muerte de etiología dudosa”.
El tatuador, apodado Chelo, de local en calle Tucumán al 1300 explicó a La Voz del Interior que Cristina había llegado descompuesta al local, alegando que una comida le cayó mal. Por la noche, Chelo supo que la noticia de que la mujer estaba internada en el Hospital Pasteur.
Asimismo, afirmó que le colocó una antestesia subcutánea. Si bien el tatuador no dió más precisiones, algunos señalan que la sustancia que se aplicó podría ser lidocaína, una anestesia de uso odontológico.
“No se pueden inyectar”
Sin embargo, quienes realizan este tipo de actividad no pueden aplicar antestesias de ningún tipo, según explicó al diario cordobés el odontólogo Fernando Miranda. Por otra parte, también especificó que los tatuadores suelen utilizar un spray que contiene silocaína pero la aplicación es sobre la piel, nunca de modo inyectable, ya que las anestesias odontológicas no pueden inyectarse en la piel.
Por su parte, la ley provincial 9.012, sancionada en 2002 y reglamentada en 2008, regula la actividad de los tatuajes, a la que define como práctica no médica sobre la piel humana con fines estéticos.
Fuente: La Voz del Interior
Foto: Archivo
