El conjunto de Villa Aurora volvió a ubicarse en lo más alto del podio a nivel local tras cuatro años y medio, al superar con claridad por 3 – 0 a Universitario en Plaza Ocampo, y suma otro trofeo a su extensa vitrina.
Los gritos de gol vinieron por parte de Mickhail Colombo, Federico Depetris y Sebastián Godoy de penal.
Primer Tiempo
Alumni sustituyó el temor a perder por el hambre de gloria, solo había que animarse. En cambio, Universitario prefirió serle fiel a su libreto y nunca apareció la rebeldía.
Los flamantes campeones fueron justos conquistadores del triunfo que los consagró, desde el comienzo tomaron la iniciativa y a base de juego vistoso e ímpetu sometieron sin mayores resistencias a su rival.
Desde temprano quedó demostrado que la actitud iba a ser totalmente diferente a la propuesta en el cotejo de ida. Es que, tan solo a los 9’ Colombo –que reemplazó a Gayoso- ganó el primer poste para cambiarle la trayectoria al balón y estableció el 1 -0 parcial.
Todo ocurría según los antojos de los discípulos de Gustavo Miranda, que habían maquillado un tanto su última imagen para torcer la historia.
Mientras los “académicos” a esa altura, deshojaban sus ganas como una margarita. Arriesgamos un poco más, que si, que no.
Segundo Tiempo
Universitario salía a disputar los cuarenta y cinco minutos finales con la necesidad impostergable de revertir el marcador. Alumni, con la paciencia como jugador número 12 saltó al complemento dispuesto a manejar el ritmo del encuentro mostrándose más preciso y profundo.
En tanto, los de Bernardó, no hallaban la vuelta a una posible solución. Huérfanos de ideas y opacados en labores ofensivos debido a la acertada apuesta de su contrincante de mantener constantemente encimado a Martín Truglio para no dejarlo pensar y evitar de este modo embates peligrosos.
En una jugada aislada Paolo Ostiatti estuvo cerca de anotar el empate con un remate cruzado que despejó Oro.
Como si fuese poco, cuando el reloj marcaba 26’ el oportunista Federico Depetris –acompañado por un golpe de fortuna- decretó el 2 – 0. Con esto la esperanza universitaria se diluía como la sal en el mar.
Ya adelantado en sus líneas, una salida rápida del “fortinero” concluyó con penal de Picotti sobre el ingresado Gonzáles. Y el volante Sebastián Godoy con mucha categoría no dudo en transformarlo en el tercer tanto y establecer cifras definitivas.
Alumni fue un justo e irreprochable campeón por que tuvo la pasta de campeón, con personalidad y certeza al momento de tomar decisiones.
Universitario, al contrario de lo que supo ser a lo largo del torneo, su traje de campeón tenía unos talles más. Le quedó grande.