Gabriela Viera, mamá de Luna, la niña hallada sin vida en Tío Pujio el miércoles 19 de julio, contó cómo fueron esos momentos previos a que su hija perdiera la vida a la vuelta de su casa.
Además pidió que el caso, caratulado como homicidio, “no quede impune” y que el único acusado “no quede en libertad”.
La mujer, de 26 años de edad, contó que esa siesta la niña insistía con ir a comprar golosinas. “Ese día había cobrado la asignación, así que le dí 50 pesos”, relató en una entrevista con El Diario del Centro del Pais.
Contó que le pidió sus botas para no tener que atarse los cordones de sus zapatillaas y poder ir más rápido a comprar. Cuando pasaron unos 15 minutos y no volvía, su pareja y un amigo salieron a buscarla, agregó.
Recuerda que Beatriz, la kiosquera de la esquina, la llamó y le dijo que Luna se había golpeado. “Fuimos y cuando la ví ahí, tirada, supe que me la habían matado”, afirmó.
“Empecé a gritar y sin saber por qué, me paré en el patio de Mariano (Gutierrez Cingolani, imputado por homicidio en este caso). Creo que desde ese momento supe que era él el que me la había matado”, dijo.
Sobre el imputado, dijo que no quiere “que esa persona quede en libertad. Para mí no es un discapacidado ni tiene una mente infantil. Él tiene maldad”, declaró la mujer al matutino.
Relativizó la versión que el imputado habría dado a la Policía, al decir que la niña había querido robarle naranjas. Para Gabriela, eso sería muy difícil debido a que Luna “nunca lo hizo” en el año y medio que llevaba viviendo en Tío Pujio. Además recordó había almorzado momentos antes.
Nuevo fiscal
A partir de este lunes, la causa pasa a manos del fiscal de Tercer Turno René Bosio, quie tomará el expediente que le dejó la fiscal de feria Silvia Maldonado.
La instrucción de las primeras horas determinó primero la detención y luego la imputación por homicidio simple.
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