[OPINION] Lamentable record el que vienen marcando las ciudades de Villa María y Villa Nueva este año. En conjunto, son el núcleo urbano en el que más femicidios se cometieron en lo que va de 2017 en la provincia: 6 de las 12 muertes de mujeres a manos de hombres en Córdoba ocurrieron aquí.
Ver: Mapa de los femicidios en Villa María y Villa Nueva.
¿Cómo se detiene esta seguidilla de hechos violentos y fatales? No es una respuesta fácil. Peor reacción es no hacer nada.
Durante muchos años, la problemática de la violencia de género fue ignorada desde los estados municipales. Las primeras marchas se encontraban con puertas cerradas en los organismos públicos donde llegaban. El grupo de mujeres que cada inicio de año legislativo pedía en Villa María que se declarara la emergencia de género, reclamaban sin resultado.
Recién después que mataran a las primeras tres mujeres de este año: María Luján, Alicia y Tamara, los concejos deliberantes de Villa Nueva y Villa María se dipusieron a considerar el tratamiento de la emergencia en la problemática.
La medida no alcanza. Hubo tres mujeres más que murieron despues de eso, siempre en forma violenta y a manos de hombres de su entorno.
Los municipios no son responsables directos de los femicidios. Pero sí tienen la obligación de atender las necesidades y demandas de vecinas y vecinos que los componen.
Así como se implementan políticas y planes para mitigar las carencias alimentarias, educativas, laborales, y se brinda asistencia en salud, seguridad y emprendimientos económicas, entre otras medidas, también hay que ocuparse de lo que hoy, junto al tránsito, es una realidad inocultable y de consecuencias fatales para estas dos comunidades.
Ningun municipio lo puede resolver solo. La problemática tiene raices muy profundas. Pero nadie puede dejar de interrogarse qué está pasando en esta dos ciudades para que haya tantos femicidios en tan poco tiempo. Mucho menos el Estado.
Si la problemática es cultural, social, educativa, judicial o de otra índole, debe ser abordada de alguna manera. Si no se cuenta con las herramientas, ideas o recursos para hacerlo, se debe pedir ayuda.
Que se convoque a profesionales especializados para analizar y proponer acciones sobre lo que pasa, que vengan equipos de la Provincia o la Nación para asistirlos. Ni las marchas multitudinarias, ni los descargos en Facebook, ni las pintadas con consignas, ni el reparto de volantes, ni la inauguración de refugios y oficinas van a parar, por sí mismos, esta violencia. Es evidente que nada de eso está funcionando.
Algo más hay que hacer para frenar los femicidios. Y se empieza por ocuparse en verdad del tema, y pedir la ayuda que haga falta. Ahora.
Andrés Ferreras, periodista.