Todo lo bueno que tienen las playas del río Ctalamochita a la altura de su paso por Villa María se ve empañado por la basura que dejan tirada algunas de las personas que usan esos espacios.
Envases de plástico, vidrio, cartón y metal que contenían bebidas con y sin alcohol son parte de los residuos más visibles.
También se ven bolsas plásticas, etiquetas de cigarrillos, vasos, cajas, latas y varios elementos más, que ensucian el ambiente.
Hay playas que son utilizadas durante el día y la noche, por gente de Villa María, y de otras ciudades.
Van familias, personas solas, grupos de amigos y amigas, parejas, con y sin perros, y todos tienen derecho a disfrutar un espacio limpio.
No necesarmiente prolijo ni extremadamente cuidado, pero al menos limpio de basura que bien puede depositarse en otro lugar.
Es cierto que no hay una mayor cantidad de cestos para residuos, que podrían incrementarse.
O no están tan a mano como facilitar que las personas elijan acercarse a uno para dejar sus deschos.
Pero más cierto es que no hace falta dejar basura tirada sobre las playas, junto al río o dentro del mismo cauce.
Hay lugares como Puerto Madero, bajada Entre Ríos, barrio Santa Ana, que cuentan con paradores con venta de bebidas y alimentos.
En estos espacios, muy utilizados por bañistas, se ve también presencia de desechos.
El descuido que practican algunos de quienes usan las playas se ve a veces remediado por vecinos y vecinas que se toman el trabajo de quitar la basura que otros dejaron.
A veces por motivos de seguridad propia, otros por conducta, constribución al ambiente, o la resistencia a permanecer en un lugar arruinado por otras personas.
Es importante mantener la limpieza del lugar, dejar todo en las mejores condiciones cuando nos retiramos para que otros puedan disfrutarlo también.
El desprecio hacia el lugar y demás personas es evidente en las playas de Villa María. Ojalá que cambie y tengamos espacios más disfrutables.