Esther Villán está cansada de atender a los periodistas. La mujer a la que su pareja gatilló tres veces y la hirió de un disparo fue dada de alta y estuvo casi toda una mañana declarando en la Fiscalía del Tercer Turno de Villa Carlos Paz.
El jueves 25 de marzo, su pareja, un sargento de la Departamental Punilla, le disparó un tiro en la cabeza.
La bala le atravesó tejidos blandos de la región mastoidea y por milímetros, Esther puede contar lo que le pasó. Y alza la voz para que no le suceda a ninguna otra mujer.
En una entrevista con Carlos Paz VIVO, la mujer relató la pesadilla que vivió el jueves pasado el mediodía.
Después de recibir insultos de todo tipo, su pareja, Cristian Molina, le disparó con el arma reglamentaria de la Policía de Córdoba.
“La verdad es que estoy contenta por poder contar lo que viví, y sé que muchas mujeres no viven para contarlo”, expresó Esther.
“Estoy viva y puedo contar todo lo que pasó”.
Y agregó: “Los tres tiros que gatilló era para que yo no esté acá. Me había apuntado con el revolver y dos tiros no salieron y el tercero lo aseguró en el cuello”.
Insultos y menosprecio
Esther contó que conoció a Cristian Molina en octubre del año pasado y que convivía con él desde hacía un mes y medio.
“Él me decía que me amaba y en otro momento me odiaba. Y siempre me recalcaba que no quería a mis hijos, que yo no valía nada y que no iba a permitir que nos separemos”, expresó.
El horror en la casa
La mujer contó que abrió una rotisería el miércoles pasado. Y el jueves, en el segundo día desde la inauguración, se produjo la discusión que desencadenó el momento más horrible de su vida.
“Eran las 1 de la tarde y no se vendía nada. Todo empezó cuando estaba mi nene jugando en el piso y él le dijo que se levante porque no era ningún animal. Lo dijo de una manera violenta y agresiva. En ese momento estaba mi hija que me había ido a saludar y escuchó eso y se llevó al niño”, indicó.
“Se lo llevó y me enojé muchísimo con lo que Cristian le había dicho a mi hijo. Y le dije que iba a cerrar la rotisería y me iba. Cuando le dije eso se enfureció y me dijo que me fuera caminando porque no iba a subir a su auto: “No te vas a subir a mi auto, hija de puta, bajate y te vas caminando”.
Le gatilló tres veces
Cuando llegó a la casa estaba con llave y el policía no le quería abrir la puerta.
“Cuando entré a la pieza a buscar ropa para cambiarme y entró a la pieza, me agarra fuerte del pelo y me tira a la cama. Me apretó fuerte y yo le di un rodillazo. Se resbaló y me tira con él y me dijo: “Tené cuidado con lo que hacés, hija de puta“. Yo le dije que lo iba a denunciar. Me levanto del piso, él se va para la cocina y agarra una de las tazas de mi hijo de 8 años que le había regalado para el Día del Niño. Y él sabía que mi hijo amaba la taza. Hizo pis en la taza y me lo tiró”.
Luego, contó cómo fue el momento en que le disparó: “Cierra la puerta y me dice: Qué te crees que sos hija de puta, sos una india, maldita la hora en que naciste. Estaba descontrolado. En eso trato de salir de la pieza y agarra el revólver, su arma reglamentaria, hace unas maniobras que no sé cómo fueron y estaba una distancia no tan lejos y gatilló tres veces: primero trata de tirarme dos tiros en la frente que no salieron. Después me agarra fuerte del cuello, y me pone el revólver en el cuello y me pega el tiro”.
El trabajo de Molina
A Esther le llama la atención que Molina se desempeñara hasta la semana pasada como sumariante en la Unidad Judicial de Carlos Paz, justo en el lugar en el que recaen las denuncias por violencia de género, entre otras.
“Trabajaba como sumariante en la parte de violencia familiar. Es una injusticia. Cómo pueden poner a una persona así a tratar con la gente cuando él mismo es violento”.
Luego, Esther contó que recibió amenazas mientras estaba internada en el hospital Domingo Funes.
Este lunes, cuando Carlos Paz VIVO estuvo en su casa, no tenía consigna policial ni protección de ningún tipo.