El diario paraguayo La Nación develó que al menos cinco sacerdotes argentinos denunciados por abuso sexual estaban ocultos en ese país, con el conocimiento de la Iglesia local.
A esto se sumaba la llamativa actitud del Poder Judicial que hizo caso omiso de los pedidos de extradición de su par argentina.
El “Padre Carlos” es un resonante caso en Bell Ville. Muchos hoy lo recuerdan; y no precisamente de buena manera.
A principios de los noventa, el sacerdote fue denunciado por abuso sexual de diez jóvenes, por lo menos. Aún suspendido por el Obispado local, siguió oficiando en Paraguay hasta unas semanas atrás.
Otra denuncia lo acusa de poseer títulos académicos falsos, ya que también se desempeñaba como docente en varias universidades del vecino país.
La historia
Periodistas paraguayos de “La Nación”, estuvieron en Bell Ville recopilando información y hablando con vecinos, fiscales y jueves involucrados en la causa.
La crónica cuenta que “una tarde del mes de diciembre de 1991, Tomás y Carlitos (nombres ficticios) conversaban en las inmediaciones del predio del ferrocarril, cuando se acercó a ellos el padre Carlos y los invitó a acompañarlo a un dispensario”.
“Subieron al Fiat 147, color blanco –que el padre Carlos usaba para movilizarse en la ciudad– hasta llegar al consultorio “Juan XXIII. Allí, en las habitaciones del local, ambos adolescentes tuvieron un encuentro sexual con el sacerdote. La paga para ambos fue de 550.000 australes” relataron.
Todas sus víctimas eran jóvenes de barrios pobres de Bell Ville, de zonas vulnerables, que recibían un dinero importante para ellos a cambio de tener relaciones con el religioso.
Lo polémico del caso es que al pedido de extradición por parte de Argentina, la justicia del vecino país se negó varias veces. Para cuando aceptaron extraditarlo, ya el caso había prescripto. Por lo que ahora, Ibañez permanece en libertad, libre de culpa y cargo.
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