Llegó a su final el juicio por el homicidio de Miguel Alexander “Nano” Martínez.
El jurado dio su veredicto sobre los acusados Joaquín Munarriz y Tomás Cánova.
Para Cánova se dictó la absolución e inmediata libertad.
A Munarriz se lo consideró autor de homicidio simple y se lo condenó a 14 años de prisión.
La sentencia se conoció ya en la madrugada de este sábado 30 de abril.
El jurado había ingresado a deliberar a las 19:15 horas.
Más de cinco horas después se conoció la parte resolutiva de la sentencia.
La decisión del jurado provocó una fuerte reacción en la calle, entre quienes esperaban con ansiedad que se dictara prisión perpetua para ambos acusados.
Ver esta publicación en Instagram
Pedido de los acusadores
El fiscal de Cámara, Francisco Márquez, había pedido los declaren a ambos como coautores responsable del homicidio calificado por alevosía.
En este sentido, pidió prisión perpetua para Joaquín Munarriz y Tomás Cánova.
Marquez rechazó las palabras de Cánova, quien previamente declaró que no estuvo junto a Munarriz en el momento del crimen.
Esos dichos, sostuvo Márquez, buscaron quitarle la calificación de alevosía a la acusación, para intentar una reducción de la condena para ambos.
El abogado querellante, Manuel Argüello, adhirió al pedido del fiscal en cuanto a la condena.
Además, Joaquín Munarriz fue condenado por la posecion de drogas, hecho que confesó.
En su camioneta le secuestraron tres frascos con cogollos de marihuana.
Alegatos de las defensas
El abogado Gastón Nicola, defensor de Tomás Cánova, respaldó la versión de su cliente, quien dijo no haber participado materialmente del crimen.
Dijo que Munarriz armó una coartada para involucrar a Cánova desde el primer momento.
“Tomás Cánova también es una víctima. Hace dos años que está privado de su libertad por su amigo. Él no tuvo nada que ver, como confesó Joaquín”.
Y pidió la absolución de su defendido, debido a que, consideró, no hay certezas para condenar.
El otro defensor de Cánova, el abogado Marcos Atienza, dijo que el fiscal hizo una interpretación errónea de los hechos y no existieron elementos de prueba directa que involucraran a su defendido.
“Legitima defensa”
Acto seguido, luego de un cuarto intermedio, el abogado Marcelo Martín Silvano, insistió en su alegato en que Munarriz actuó solo la noche del crimen.
Aseguró que su defendido fue quien mató a golpes a Nano Martínez y luego lo arrastró y enterró en el monte por su propia cuenta.
Buscó así desligar también a Cánova del hecho material.
Cuestionó en su alegato los procedimientos de la investigación y la forma en que se generaron algunas pruebas.
Señaló que no se contó en el juicio con el arma homicida, que su defendido fue interrogado por la Policía sin presencia de abogados ni respetando sus garantías.
También dijo que, ante la falta de algunos elementos, “la única forma de saber qué pasó es creerle al acusado”.
También dijo que Cánova “no tuvo nada que ver”.
Afirmó que no existió alevosía en el crimen.
“Esto fue un homicidio en legitima defensa. Si lo dejaba levantar, hoy lo estaríamos defendiendo a Nano y no a Munarriz”, declaró.
En primer lugar, pidió que se lo absuelva, considerando que la acción fue de legitima defensa.
En caso de considerar que hubiera sido un exceso en una legitima defensa, quiso que se ubicará como un delito culposo.
Subsidiariamente, pidió que se lo considere homicidio simple, sin calificante que agrave la pena.
Cómo máximo, pidió que se lo condene a 8 años de prisión.
Las palabras de la madre
Previo al final del debate por el crimen de Martínez, su madre Mirtha hizo uso de la penúltima palabra.
Allí habló del dolor que sentía por haber perdido violentamente a uno de sus hijos, de cómo vivió estos dos años y de su pedido de fuerte condena para los acusados.
La confesión de Munarriz
Previo a los alegatos en el juicio por el homicidio de Alexander «Nano» Martínez, el acusado Joaquín Munarriz confesó ser el único autor del crimen y desligó a su amigo Tomas Cánova.
Primero pidió perdón a Mirtha Martínez, madre de la víctima. Luego confesó.
«Yo maté a Nano. Tomas no tiene nada que ver», dijo.
Relató los hechos según su versión.
«Me pedía plata y yo le ofrecí marihuana. Cuando le estaba por darle la droga, Nano sacó un arma y me pidió toda la droga y las llaves de la camioneta».
«Le pregunté qué le pasaba».
«Le pegué una trompada, cayó al piso y le pegué con un fierro. Yo estaba asustado, pensé que me iba a matar».
«Vi después que no reacciona. Lo llevé al monte y lo enterré».