[FOTOS] Pasaron casi 9 años de una usurpación histórica en nuestra ciudad.
El presente de más de 50 familias que accedieron a la ocupación de terrenos fiscales en barrio La Calera contrasta con una realidad:
La problemática del acceso a la vivienda propia atraviesa sensiblemente la actualidad social y política local.
Villa María VIVO! realizó un recorrido por el lugar, buscando testimonios de un hecho que cambió la historia de un sector emblemático.
“Nos hacemos cargo”
Mariano y Florencia son una pareja joven que promedia los 25 años. Hace 6, casi saliendo de la adolescencia, comenzaron a construir su sueño que hoy es una realidad.
“Somos conscientes que esto comenzó con una usurpación y nos hacemos cargo de esa situación”, admiten.
Contaron que un familiar suyo ocupó un lote que luego se dividió en dos y hoy tienen la posibilidad de vivir allí con su hija.
En aquel julio de 2009, vecinos autoconvocados de distintos sectores de la ciudad decidieron lotear por su cuenta dos solares de extensa dimensión,
El predio está delimitado por las calles Deán Funes, Castelli, Juárez Celman y las vías del ferrocarril.
En estos predios procedieron a demarcar cada uno de los espacios, con nueve metros de frente y 25 metros de fondo.
“Todavía no podemos decir que estos terrenos sean nuestros. Actualmente existe un convenio con el municipio y la promesa de que en algún momento vamos a poder escriturar”, se ilusionan.
Aunque al mismo tiempo se resignan ante la falta de novedades desde hace tiempo.
“El año pasado, quizás por las elecciones, gente del municipio nos prometió una solución, pero nunca más volvieron”, dicen.
El esfuerzo de Mariano y Florencia
La realidad de esta familia es muy similar a la mayoría del medio centenar de hogares que hoy existen en el barrio.
“Nosotros empezamos con la delimitación y rápidamente hicimos los cimientos”, comenta Mariano.
Relata con orgullo como llegó a levantar las paredes de su vivienda:
“Trabajaba toda la semana y con lo que ahorraba compraba material. Más la ayuda que recibimos de la familia, pudimos empezar a construir la casa los fines de semana.
Así fue durante cinco años.
“Después accedimos al crédito Vida Digna y eso nos sirvió para comprar el resto de materiales para entrar a vivir”, sintetiza emocionado.
La emoción se redobla al explicar que, “con una hija y la realidad de nuestras familias, no podíamos vivir juntos”.
Compartían un alquiler y convivían con otras personas en una misma casa.
“Hoy tenemos paz y la posibilidad de terminar de edificar, pero a partir de otra realidad económica”.
Venta de lotes usurpados
Sin embargo no todas son alegrías en este desandar.
Los problemas con otros vecinos derivó en conflictos por nuevos intentos de usurpación y comercialización de terrenos.
“Hubo una mujer de mucha influencia en los inicios que los vendía. Después se terminó quedando sin nada y desapareció”, recordó.
Esas situaciones motivaron la intervención del propio municipio y las fuerzas policiales.
Actualmente se encuentran organizados ya como una estructura barrial, con centro vecinal, y la posibilidad de seguir luchando por alcanzar nuevos objetivos.
“Con un grupo de vecinos queremos conseguir el gas y la posibilidad de que nos den las escrituras para sentirnos realmente de dueños de nuestro hogar”, comentan.
Sin embargo el municipio ha intentado gestionar sin éxito ante Nación los títulos de estas tierras para lograr terminar ese sueño.
Hoy suena a utopía entre tanta realidad desesperante, casualmente, como 9 años atrás.
Foto: VillaMariaVIVO.com.