Se llama Federico Giusti, tiene 26 años, nació en Villa María y trabaja en barcos mercantes con los que recorre los océanos. Es fanático de River y, como pudo, llegó hasta Monterrey, en México, con la ambición de poder ver al club de sus amores en la primera final de la Copa Libertadores frente a Tigres.
Lo que no sabía cuando emprendió su travesía es que no se iban a vender entradas al público visitante. Actualmente es un asiduo concurrente al hotel en el que se hospeda el plantel de Marcelo Gallardo. Su historia despertó el interés de los periodistas argentinos de Olé y La Nación apostados en el lugar.
“Estoy desesperado loco, ¿no tenés una?”, le pregunta a Olé este flaco que está más desgarbado después de comer lo que pudo en los últimos diez días. Marinero en embarcaciones que van desde Cartagena hasta San Blas, Federico empezó su travesía de seis mil kilómetros el pasado viernes 17 de julio. Panamá-Costa Rica-Nicaragua-El Salvador-Guatemala-México. Todo en micro. Todo con 1.200 dólares, de los cuales 500 se quedaron en la frontera de El Salvador porque habían amenazado con retenerlo. Todo con lo puesto. Lo puesto: una camiseta alternativa de River.
Así cuenta parte de la historia el diario Olé, donde también se cuenta que Giusti integra la filial Javier Sodero, el exarquero de River nacido en Villa María.
“Hace seis meses que me fui a trabajar a Colombia, como marinero. Trabajo en barcos mercantes y tuve que ir a Panamá. Estando ahí, pensé que si River llegaba a la final con Tigres quizás podía cumplir mi sueño”, dice Federico, en diálogo con canchallena.com.
“Cuando llegué a Monterrey, hace cinco días, busqué en la página del club Tigres y decía que los primeros tres días se venderían los tickets para los abonados, lo malo fue cuando me enteré que, de común acuerdo, los dos clubes dispusieron que no habría lugares para los hinchas visitantes”, confiesa.
Fotos: www.ole.com.ar y www.canchallena.lanacion.com.ar
