[FOTOS] Dos horas con la fuerza de sus canciones y su personalidad. El show de Abel Pintos, la noche del sábado 16 en el Anfiteatro de Villa María, estuvo embebido de su fibra mágica que lo pone entre los pocos artistas populares del país que pueden llenar solos un estadio.
Bajo la cúpula de la costanera villamariense pudo verse una platea colmada y algunas almas más en las tribunas, para sumar alrededor de cinco mil personas.
A las 21:50 inició Abel Pintos su última presentación en vivo hasta por lo menos tres meses, en los que se concentrará en graba su nuevo disco de estudio. Comenzó con “Aquí te espero”, vestido de traje negro, su característico sombrero bordó de ala ancha y guitarra azul. Una escenografía despejada, sólo con pantallas, fue el marco para un recital asentado en las canciones de letra y puño de Pintos.
Siguió con “Ya estuve aquí”, tras lo que manifestó su felicidad por tener públicos de todas las edades, y subrayó una idea que vino repitiendo en los últimos días: que este era un concierto especial y era para él un sueño cumplido poder tocar, como artista exclusivo, una noche en el Anfiteatro, donde siempre había actuado en el marco del Festival de Peñas.
Lo nuevo primero
La primera parte del show estuvo concentrado en repasar su último CD, “Abel”. Luego de una breve pausa, la segunda hora fue toda de las más queridas canciones de su repertorio.
Siguieron “Tanto amor”, una intensa versión de “Lo que soy”, “Arder en libertad” y “De solo vivir”, que desató el carnaval abelero.
Es impactante como, luego de levantar a todo el estadio, Pintos puede también sentarse en una silla y hablar pausadamente, logrando que todos los escuchen en el más absoluto silencio.
“Hay canciones que son especiales sobre las demás. Cuando uno las escribe sabe desde el primer pulso lo que va a significar para uno y para otros. Algunas son felices y otras no tanto. Tengo mis imágenes y recuerdos con ellas. Esta es una de las canciones más especiales para mí”, dijo antes de lanzar “El mar”
Un hombre en paz
Con “Alguna Vez”, cambió se vestuario, se sacó el sombrero, y luego de “Motivos” se fue a una pequeña pausa, aunque un poco menos que las que fue sembrando entre tema y tema.
Se lo vio en todo momento muy relajado, como quien está en su último día de trabajo y en vísperas de unas largas y merecidas vacaciones.
Como un tanguero desgarrado entregó con fuerza una versión casi a cappella de “Mio error” y le siguió una visita a su pasado folklórico con “Sólo canto por vos”.
Los infaltables
Luego vinieron reversiones de “La llave”, “Flores en el río”, “No me olvides”, “Sin principio ni final”, entre otras. Para el final llegaron “Revolución” y cerró el círculo con el bis de “Aquí te espero”.
Un espectáculo que no apela a artificios decorativos, sino que se sostiene con las buenas canciones de un artista que lleva 20 años pisando escenarios de Argentina y mantiene la frescura de lo íntimo, la grandeza de la humildad.
Por varios meses no se lo verá en vivo, hasta que vuelva al ruedo con nuevas canciones que entregar.
La previa: Mientras el público ingresaba pudo apreciar la muy buena propuesta de Debieras Pitar, banda con experimentados músicos villamarienses que ofrecieron clásicos del rock nacional y mecharon con algunas composiciones propias. Muy bien recibidos y escuchados por el público que, naturalmente, llegaba a la espera de ver a Abel Pintos.
Fotos: Gentileza Augusto Soriano y Villa María Vivo.
