Cuando llega el Día del Niño, comienzan las preguntas acerca de qué le regalamos a nuestros hijos, hijas, sobrinos, sobrinas, hermanos o hermanas. Este día aparece como una excelente oportunidad para pensar cómo estimular a los más pequeños en el desarrollo de una infancia libre.
Desde pequeños, se les marca a los niños y niñas con que deben jugar o qué deben leer. Así, las niñas sólo pueden divertirse con muñecas y los niños con superhéroes o autos. O las niñas leen cuentos donde las princesas son rescatadas por un príncipe y las otras mujeres aparecen como su “competencia”.
Los roles de género aparecen marcados en los juguetes que construyen las infancias de los niños y niñas. De este modo, cuando el niño o niña crece siente que debe cumplir con “ese rol”. Hay que desandar esta idea y pensar que los juguetes no tienen género.
La infancia es un lugar donde está todo por conocerse y es importante que los adultos podamos escuchar a los más pequeños sobre sus gustos, deseos y aprovechar el juego para transformar su realidad.
Tres propuestas para re pensar los juguetes que regalamos
Desde el emprendimiento local, “Ayun Tienda de Juguetes” proponen una diversidad de juegos para niños y niñas. Entre las propuestas aparecen las “patacletas” que son bicicletas en las que no existen pedales y son ideales para niños y niñas de 2 a 5 años. Permiten el desarrollo del equilibrio.
Además, poseen una variedad de juguetes en madera como pluzzes, autos, bloques, camiones, helicópteros y bloques; también fabrican en tela “mamachas muñecas”.
“Hacemos una invitación a redescubrir sensaciones, a reconocer parte de la naturaleza en ellos, dejando a su libre imaginación la creación de nuevas historias en torno a su juguete sin distinción de género o rol alguno”, dijeron a Villa María VIVO.
Respecto a las responsabilidades de los adultos, contaron: “Sentimos la enorme necesidad de hacer conciencia acerca del mundo condicionado, direccionado y resuelto que le estamos mostrando a la niñez, para el niño el juego es aprendizaje y en él está la vivencia”.
Experiencias sensoriales en tela
Carli Odri y Flor Vella forman parte de “Chingui, alegría en tela” producen juegos desde la pegagogía Montessori, que estimulan las capacidades sensoriales. Desde el clásico TaTeTi, mantas y pelotas sensoriales hasta juegos de aros.
Sobre el objetivo del proyecto contaron: “Creemos fundamental que los niños tengan acceso a la exploración y al disfrute de jugar sin discriminaciones de todo tipo, producimos juegos sin género, donde ni los colores ni las formas se identifican para varón o para nena”.
Las creadoras del proyecto local explicaron que esta metodología permite al niño desarrollar independencia, tomar decisiones propias y desarrollar capacidades para enfrentar sus problemas. “Como adultos, debemos comprometernos a facilitarles este proceso, promoverlo, acompañarlos”, enfatizaron desde Chingüi.
Libros con historias para todos y todas
Regalar un libro, en época de computadoras y tablets, ya es de por sí una original propuesta. Pero desde Simoneras, Ayelén Perrota, explicó la importancia de pensar que historias traen estos libros.
“Hay libros que presentan otras historias, que siempre han existido y que sólo hay que darles voz y ponerlas en escena para que sean escuchadas”, comentó. Para Ayelén estas historias ayudan a pensar a los niños y niñas que no hay un solo modo de ser varón y mujer y a convivir con otras identidades.
Dentro de esta propuesta, aparecen cuentos como “No me gusta ser linda” que repasa uno de los mandatos impuestos a las niñas. “En el cuento la niña dice que quiere jugar y si se ensucia por jugar, eso la hace feliz”, relató Ayelén.
Asimismo, otros libros como “Todos somos indies” que explica a los más pequeños la relación de las personas con el medioambiente o para más grandes “Abrazo de Gol” con una historia dónde las chicas se organizan para jugar al fútbol.
Sin dejar de lado los clásicos, aparecen re versiones como “La Cenicienta que no quiere comer perdices” que cuenta que significa salir de una relación marcada por la violencia de género.
“La Anticenicienta y La Otra Caperucita Roja son re versiones de los clásicos, donde a las personajes se las ubica en otros lugares, como protagonistas que son hacedoras de su propia historia”, explicó.