Por Andrés Ferreras (*).
A los militantes del peronismo villamariense que supieron levantar barricadas con las banderas del kirchnerismo duro, les puede resultar complicado remontar el discurso frente a los elogios que se vienen dando mutuamente el intendente Eduardo Accastello y José Manuel De la Sota.
Mencionar al gobernador era nombrar al enemigo a combatir, la línea que nunca se iba a cruzar, lo irreconciliable. La llegada de otro año electoral volvió a acercar a dos dirigentes que se reconocen con una buena relación personal.
“Es la primera elección que no vamos juntos, pero quien no dice que algún otro día podamos volver a estarlo”, dijo De la Sota, casi con un dejo de nostalgia, parado junto a Accastello, tras inaugurar el nuevo edificio del Inescer.
El gobernador abundó en elogios hacia la gestión de Accastello como intendente, coincidiendo con la línea de campaña del intendente villamariense, uno de los aspirantes a sucederlo. El detalle es que el postulante del oficialismo es Juan Schiretti.
Accastello fue uno de los pocos que no se molestó que se fijara el 5 de julio para votar gobernador. La cercanía le permite concentrar sus fuerzas en este objetivo y dejar para más adelante la elección municipal, disputa para la que en la ciudad ya se habían lanzado dos posibles candidatos de Unión por Córdoba.
Sin embargo, durante la visita de De la Sota, funcionarios municipales de alto rango elogiaron el discurso del gobernador, y referentes delasotistas dejaron entrever que de acá a las elecciones locales, por ahora falta mucho y la cosas pueden cambiar. ¿Será ese el día en el que vuelvan a estar juntos, como dice De la Sota que siempre estuvieron?
* Periodista de Villa María Vivo.