Tras un conflicto que había implicado un corte de ruta 158 en 2021, la relación con el municipio creció con un convenio marco. Así, ahora se les otorgó la certificación de ITV a más de 100 camiones areneros.
El municipio otorgó la certificación de Inspección Técnica Vehicular a más de 100 camiones transportadores de arena.
Así, avanzan en la regularización de trabajadores areneros, a los fines de cumplir con las condiciones necesarias para transportar de manera segura el material árido.
La iniciativa se desprende luego de haberse otorgado el mismo número de permisos a quienes cumplen estas tareas en determinados sectores del río Ctalamochita.
Se trata de un trabajo articulado entre el Gobierno local y representantes de la actividad. Que se inició tiempo atrás con un proceso de regularización para quienes transportan áridos desde los sectores habilitados en la margen del río hasta diferentes puntos de la ciudad.
Areneros cuentan con certificación
Para efectivizar la inspección vehicular pertinente, la empresa Supper Club facilitó la utilización de su predio a la autoridad de contralor.
Allí, los trabajadores areneros dialogaron con el secretario de Gobierno del municipio, Eduardo Rodríguez.
Actividad regulada
Tiempo atrás el municipio llevó a cabo dos gestiones. En primer lugar, el trabajo mancomunado con la Agencia Provincial de Recursos Hídricos (APRHI), organismo que tiene a su cargo la jurisdicción sobre el curso de agua.
Esta permitió la obtención de más de 100 permisos para la familia arenera, no sólo de Villa María, sino de Villa Nueva y localidades de la región.
Por la cual tienen la correspondiente georreferenciación y límites de extracción, logrando la formalidad en lo que respecta a extracción de áridos de la ribera del río Ctalamochita.
Por otra parte, se regularizó la situación laboral de trabajadores areneros, a los fines de garantizar mayores derechos.
La Secretaría de Gobierno, Seguridad Ciudadana y Asuntos Legales junto al Anses, llevaron adelante la adhesión al Monotributo Social de más de 30 trabajadores que desarrollan sus labores en el río Ctalamochita.
De esta manera, pudieron registrar sus emprendimientos y emitir facturas, como también contar con una obra social y realizar aportes jubilatorios.