Ameghino, un gigante de cemento que se quedó sin espacios verdes

Actualmente el Barrio Florentino Ameghino, (“Villa Emilia” y/o “Barrio Sabattini” para los memoriosos), tiene la dicha de ser el más poblado de la ciudad de Villa María ya que cuenta con diez mil habitantes, pero a su vez ostenta el título de ser uno de los distritos con menor cantidad de metros cuadrados de espacios verdes.

Ubicado entre las calles Buenos Aires (al Sudeste), la prolongación del Bv. Velez Sarsfield (al Noroeste), Bv. España (al Sudoeste) e Intendente Maciel (al Noreste), se trata del barrio con mayor cantidad de habitantes de la ciudad y al mismo tiempo el que cuenta con menos áreas naturales.

¿Por qué llegó a ser el más poblado?

El lugar que lleva su nombre en honor a la escuela y el club homónimos ubicados a pocas cuadras, tuvo un rápido crecimiento con el pasar de los años. Todo esto debido a que se trata de una “zona alta” de la ciudad en relación al Río Ctalamochita que la atraviesa, motivo suficiente para ser elegido por la mayoría de las familias villamarienses al considerarlo un lugar seguro para levantar sus viviendas.

Tal fue el crecimiento de la ex “Villa Emilia” que los espacios verdes hoy son nulos. Es decir que los vecinos del lugar deben desplazarse varias cuadras para poder encontrarse con áreas naturales significativas.

¿Qué recomienda la Organización Mundial de la Salud?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el mínimo recomendado internacionalmente para un entorno saludable es de 10 metros cuadrados de espacio verde por habitante, una cifra de la que la ciudad de Villa María está muy alejada, ya que en promedio cada persona que la habita dispone de 6,68 metros cuadrados.

Algo a tener en cuenta es que si el área natural en Villa María representa un 27,91% del total, sólo el 1,62% se trata de espacios verdes en los barrios mayormente urbanizados.

¿Es el único barrio con esta problemática?

El del barrio Ameghino no es un caso aislado, es algo que se da en otros sectores en una ciudad que crece constantemente y que deberá buscar alternativas para que no la tape el concreto.

Son varios los barrios que no disponen de áreas de recreación naturales, pues antes cumplían esa función los “campitos” o terrenos baldíos, que con los años se fueron transformando en casas y departamentos, o fueron cercados.

 

Redacción de práctica de Santiago Martínez, estudiante de UNVM.

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