De todos los sectores que resultaron afectados por la tormenta del miércoles por la noche, lo vivido dentro del Hospital Pasteur, con los pasillos y habitaciones inundándose, al tiempo que se desprendía parte del cielo raso e instalaciones eléctricas, fue lo más crítico dentro de la ciudad.
Los pacientes y trabajadores del hospital vivieron momentos de mucha tensión. Diecinueve personas que estaban internadas en la sección de adultos tuvieron que se ser trasladadas a otras áreas no afectadas por el agua.
“Todos a los gritos
“Fue terrible, todos a los gritos, la gente desesperada, una locura”, contó una mujer que trabaja en el centro de salud y estaba dentro del Hospital cuando se desató la tormenta.
Natalia relató que por la fuerza del viento se rompieron 5 puertas y que el agua caía por las paredes.
“Las puertas de vidrio parecían que iban a volar. La gente y los de mantenimiento se pegaban a la puertas para sostenerlas y que no se abrieran. Fue desesperante”, contó.
La recuperación
Luego que pasó lo peor, personal de mantenimiento se ocupó de reparar el caño de desagüe que había colapsado, y que provocó la inundación de amplios sectores.
Con la colaboración de varias personas, de inmediato se pusieron a trabajar en limpiar, secar y acondicionar el sector del internado de adultos para poder regresar a utilizarlo.
El director del Hospital, Sergio Arroyo, declaró al final de la noche que la situación se estaba normalizando.