Cómo proteger a los más chiquitos frente a las temperaturas elevadas

Con la llegada de los calores intensos, es necesario tener en cuenta algunos consejos especiales para evitar los “golpes de calor” y la deshidratación de los más pequeños.

Desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) sugieren un conjunto de recomendaciones para evitar problemas de salud, propios de los días con temperaturas elevadas:

– Que los niños permanezcan en lugares frescos y ventilados,

– Vestirlos con ropas claras y holgadas,

– Mojarlos con frecuencia, evitar actividad física intensa,

– Protegerlos de la exposición al sol en forma directa por lo menos entre las 10 y 16 horas,

– Usar sombrero,

– Comer liviano, ingerir líquidos frescos frecuentemente, aumentando en algunos casos entre un 25 y un 50 por ciento la cantidad habitual, e incrementar la frecuencia del amamantamiento en los más pequeños.

Las alertas en colores

Se basa en una clasificación en 4 niveles (verde, amarillo, naranja y rojo), que tienen que ver con el riesgo para la salud a partir de las temperaturas elevadas y durante cuántos días se pronostica que se mantendrán.

El verde implica un estado de vigilancia durante el verano y no representa peligro para la salud de la población.

El amarillo se utiliza en los días que pueden ser peligrosos para los grupos de riesgo como los bebés y niños pequeños y mayores de 65 años, entre otros.

Mientras que el color naranja representa un día que puede ser muy peligroso no solo para los grupos de riesgo sino para el resto de la población y, entre otras recomendaciones, se pone énfasis en no realizar deportes o actividad física al aire libre.

Por último, la alerta roja es una situación límite y excepcional que puede afectar a todas las personas”.

Golpe de calor

Se puede presentar con síntomas tan diversos como dolor de cabeza, náuseas, vómitos, mareos, decaimiento, irritabilidad, desmayos, sudoración excesiva, piel roja y caliente, tendencia al sueño y debilidad muscular o fiebre, por lo que ante la presencia de algunos de estos síntomas es importante consultar rápidamente a su pediatra de cabecera o al centro de salud más cercano.

Si aparecen síntomas compatibles con un “golpe de calor”, se debe ofrecer agua segura para beber, trasladar al niño a un lugar fresco y ventilado, quitarle la ropa y refrescar su cuerpo con agua. Y, ante la sospecha de que puede presentar un golpe de calor, debe ser evaluado por un pediatra a la brevedad.

Desde el SAP recomiendan tener en cuenta que si bien pueden presentar temperatura corporal elevada, no se les debe administrar fármacos antifebriles, dado que estos pueden empeorar el cuadro.

Grupos de riesgo

Los grupos que presentan mayor riesgo de sufrir golpes de calor son los niños menores de 5 años (sobre todo los menores de 1 año), niños con enfermedades crónicas renales, cardíacas, neurológicas o mentales, niños con diarrea o fiebre por otras causas y niños con desnutrición u obesidad.

Prevención

Recomiendan utilizar protectores solares con un factor de protección mínimo de 15, de amplio espectro (contra UVA y UVB), cubriendo la totalidad de la piel expuesta y aplicándolo 20 a 30 minutos antes de la exposición y renovándolo cada 2 horas, o bien luego de meterse al agua o si se transpiró.

Siempre que el niño esté al sol, es necesario protegerlo, incluso en días nublados, ya que las nubes dejan pasar el 75% de la radiación UVA.

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