En la mañana de este jueves se llevó a cabo la destrucción de más de 30 escapes de motos retenidas por el Municipio de Villa María en controles de tránsito. La medida fue ordenada por el Juzgado de Faltas y está contemplada en la ordenanza 7.376.
Este jueves 26 de mayo se llevó a cabo la destrucción de 30 escapes de motos retenidas en controles.
Es que, según el Código de Tránsito, se establece que al secuestro de motos munidas de un caño de escape no reglamentario, deberá sucederle la remoción y destrucción del dispositivo.
Así se hizo la primera destrucción de más de 30 caños de escape en inmediaciones del Polideportivo Guillermo Evans, en un acto simbólico.
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Además, desde el intendente Martín Gill informó que “de las 1.500 motos secuestradas desde hace más de cuatro años, ya se cuenta con el informe de dominio de 300 unidades”. Que corresponden a rodados que no fueron reclamados o la documentación presentada es insuficiente para retirarlo.
Por lo que se realizará “la destrucción total de estas 300 motos para su compactación y utilización como insumo en la producción del metal”.
De esta manera se contribuye al cuidado del medio ambiente a través de la reutilización de los materiales. Y al aprovechamiento de los espacios en los depósitos donde se resguardan los vehículos secuestrados.
¿Cómo es la destrucción de escapes?
Tiempo atrás, se impulsó la modificación de la ordenanza N° 7.376. A partir de ella se puso en marcha el secuestro y destrucción del caño de escape no reglamentario; para reducir la generación de ruidos que incrementa significativamente la contaminación sonora.
De esta manera, el propietario del rodado deberá abonar la multa y presentar la documentación correspondiente. Y luego “por disposición facultativa de los jueces de faltas, se procederá a la extracción y posterior destrucción del dispositivo no reglamentario, a fin de evitar un problema para los vecinos”, detalló el intendente.
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