Gran comienzo para este 53º Festival Internacional de Peñas Villa María 2020, que estuvo marcado por el regreso de Jorge Rojas y Carlos Rivera, dos artistas encargados de lograr que las del viernes fuera la primer noche en agotar plateas en el Anfiteatro. Fueron los tanques de la noche.
Antes de tocar los números centrales, vale mencionar tres detalles de lo que pasó antes.
Nazareno Móttola reafirmó su vínculo con el público, la capacidad de involucrarse con la gente, hacerlos partícipes del evento y manejar la animación de la previa con soltura. Tal vez, luego de venir tres veces, podría renovar algún recurso. Igualmente sigue siendo eficaz.
Leo Roganti, la apuesta local para la animación, mostró soltura, nada de temor ante un escenario tan grande, y logró contactarse con el público, y que lo siguieran en su camino. Buen debut en el Festival.
Arrasa como Topadora tuvo que cumplir con el difícil rol de abrir la noche, romper el hielo, y calmar expectativas de quienes van principalmente por otros artistas. Las chicas de Villa María se pararon bien sobre el escenario, y con buenas y clásicas cumbias, levantaron aplausos quienes estaban, y de los que todavía llegaban.
La salida a escena de Jorge Rojas contó con una previa de actos y ceremonias que enfriaron un poco el escenario. Pero el exNochero supo llevar de menor a mayor el clima del Anfiteatro. Esta fue su novena vez como solista, pero hacía cuatro años que venía. Muy esperado por su público, estuvo más de una hora entregando todo.
Quienes también tuvieron una larga tarea fueron los integrantes de Destino San Javier. Al trío heredero de una familia insigne de la música no le queda grande la misión que han emprendido. A fuerza de un estilo que tiene impronta propia y recursos que les trae la historia de sus padres, integrantes del Trío San Javier, mostraron que son parte de una carrera en ascenso.
Para el final, lo más esperado. Carlos Rivera cerró la noche con un Anfiteatro mucho más poblado que al comienzo. La platea parecía una sola pantalla, con todos los celulares lado a lado buscando registrar, aunque sea desde muy lejos, su figura apareciendo en el show.
Minutos antes había pasado por la carpa de prensa, rescatando el trabajo que implica llevar adelante una carrera, perseverando en un objetivo año tras años, hasta poder lograr un presente como el actual, que lo regresó a Villa María de mucho mejor manera.
Fotos: Martín Llampayas.