La edición número 52 del Festival Internacional de Peñas comienza sentirse en las imediaciones del Anfiteatro, con un recorrido peñero que invita a quedarse a disfrutar de buena comida, buenos espectaculos y propuestas. Pero por dentro la magia empieza a tomar fuerza.
La vestimenta de lo que será una nueva edición está empezando a tomar forma. El martes 5 inició la instalación técnica de pantallas e ilumnicación junto al armado del escenario.
Un equipo de gente se encuentra trabajando para que este todo listo en la primera noche que será el jueves 7 de manera gratuita.
En la parte de afuera quedó colocada en la vereda de avenida Elpidio González, en inmediaciones de la Plaza de la Música, la escultura colaborativa de la lechuza, símbolo del evento, realizada durante el recorrido peñero de la edición 50.
Se trata de una escultura de metal, realizada de forma colaborativa con la participación de cientos de vecinos y visitantes que se acercaron al sector donde se realizó en su momento, en inmediaciones del puente Juan Domingo Perón, por iniciativa del Museo Municipal de Bellas Artes Fernando Bonfiglioli.
Allí pudieron, bajo la supervisión de los coordinadores de la actividad, soldar las piezas grandes y pequeñas que componen la obra.
El arte colaborativo se enmarca dentro de una corriente que se denomina arte relacional y se caracteriza por ser una práctica interactiva, social y que da mayor importancia a quienes participan que al objeto artístico.
La actividad colaborativa fue coordinada por tres escultores de la ciudad: Gabriela Manfredi, Sebastián Sanz y Marcelo Beltramo, y el material con el que se realizó fue donado por la empresa local Cormetal.
Además, desde el Museo Bonfiglioli se trabajó en el diseño de la base que luego fue materializada. Se trata de un pedestal de forma trapezoidal, en consonancia con la morfología de la escultura, que se inscribe en un rectángulo de base de 1,70 metros de largo por 1,00 de ancho, con una altura de 1,70 metros.