Ante los problemas de salud y el mal estado de una persona, un diagnostico errado puede despertar temor y angustia en la sociedad que acude a los centros médicos para recibir atención y confía en su personal.
El sábado por la noche Natalia Juárez visitó la guardia del Hospital de su ciudad en Villa Nueva porque no se sentía bien de salud.
En el lugar, según relató, una médica le indicó que “tenía la garganta inflamada y le recetó un medicamento”.
Pasaron los días pero Natalia seguía con malestar y tenía fiebre, narró, por lo que decidió volver a visitar la guardia del Hospital.
En el lugar, la atendió otra médica y le diagnosticó “papera”. Por lo cual le indicó que se suministrara “otro medicamento y que hiciera reposo por 5 días”. Además le recetó análisis que debía llevárselos en los próximos días.
A pesar de que tenía fiebre en el momento de la consulta, la profesional de la salud no le tomó la temperatura, según relató.
Intranquila con el diagnóstico, Natalia decidió cruzar su ciudad y Villa María para recibir atención en el Hospital Pasteur. Allí la observó un médico, le dijo que tenía “las anginas muy inflamadas y le recetó dos remedios”, explicó al mujer.
Cuando la paciente le contó que la habían diagnosticado con papera, el profesional negó que Natalia tenga esa enfermedad al revisarla, aseguró la mujer.
Llamado de atención
La mujer decidió contar a este medio su “vía crucis” para que no vuelva a ocurrir. Según narró, conoce de ciudadanos villanovenses que debieron atravesar situaciones similares con diagnósticos errados.
Como ciudadana, necesita volver a confiar en los profesionales del centro de salud público de su ciudad y no tener que atravesar grandes distancias para encontrar un diagnóstico acertado.
Además, reconoce que su problema era “minimo” al lado de otras situaciones que podrían tener que atravesar vecinos de Villa Nueva y sobre todo los niños. Aunque, al tener que ver con la salud, ningún síntoma es menor.
Foto: ilustrativa VillaMariaVivo