Según el último informe del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos de la República Argentina (INDEC) sobre mercado de trabajo, correspondiente al primer trimestre de 2019, en las mujeres impacta la mayor tasa de desocupación.
Esta no es una noticia nueva, si no que el mercado formal de trabajo nos presenta obstáculos para acceder a prácticas laborales estables. El índice de desocupación presenta un dígito más en mujeres que en varones.
En la zona pampeana, la tasa de desocupación en mujeres es del 11,2% y aumenta para mujeres de hasta 29 años alcanzando al 22,7%. A esta realidad, se le suman las posibilidades de acceso a puestos de trabajo según nuestra ubicación en el espectro socioeconómico.
Las mujeres respondemos a estos índices, en muchos casos, agrupándonos, formando cooperativas, trabajando en conjunto o animándonos a emprender. La red de mujeres autogestionadas de Villa María es grande y conforma una comunidad que se sustenta a si misma.
Mermeladas poderosas
Una de las experiencias incluye a 7 mujeres que producen mermeladas artesanales en el barrio San Nicolás cada quince días. Están agrupadas en una cooperativa de trabajo, que surgió como una iniciativa de acción barrial de parte de la organización La Poderosa.
Una de sus integrantes contó a Villa María VIVO que esta iniciativa comenzó con la generación de un mercado al costo, donde las mujeres recogían frutas de los árboles y las regalaban.
“De ahí empezamos a hacer mermeladas para quienes nos regalaban las frutas y las llevábamos al barrio y fueron las mismas mujeres que nos pidieron que querían empezar a hacer las mermeladas”, agregó.
En los primeros meses, armaron un taller para que todas aprendan a hacer las mermeladas que luego venderían y finalmente se organizaron como una cooperativa de trabajo.
“Que sea un trabajo de mujeres tiene que ver con que son ellas las que están más en sus casas, la asamblea está conformada en un 95% por mujeres”, explicó.
¿Porqué ser una cooperativa?
Son un colectivo cuando hablan de la cooperativa y no usan nombres personales. Las 7 mujeres eligieron formarse como una cooperativa de trabajo, lo que implica dividir las actividades y repartir las ganancias entre todas.
Algunas van al Mercado de Abasto a buscar las frutas y luego se las dividen. “Decidimos que vamos a producir y se llevan a sus casas la fruta, la pelan, la cortan y nos juntamos los viernes a la mañana y empezamos a producir todas”, contó.
Otras se encargan de repartirlas entre quienes compraron. Se pueden adquirir por su página de Facebook Mermeladas Poderosas, donde invitan a comprar las mermeladas usando el recurso de la rima y la poesía. Además, reciclan los frascos donde guardan las mermeladas.
“Hay otra cuestión, a los empobrecidos no nos queda otra que conformarnos en cooperativas para poder trabajar también” indicó como una cuestión central. Sobre esta reflexión, continuó resaltando que no estamos educados para trabajar en conjunto y las experiencias de trabajo no suelen ser de este modo.
“Es un proceso que se va dando de a poco, entre todas, esto de trabajar con el otro como un compañero y que no tenemos jefes”, finalizó.