- Funcionarios penitenciarios de Villa María cobraban entre 300.000 y 500.000 pesos para dejar pasar celulares.
- La operación delictiva involucraba a dos asociaciones ilícitas: una de funcionarios y otra de reclusos.
- El desmantelamiento de esta red representa un paso significativo en la lucha contra la corrupción
La investigación que involucra a jefes carcelarios de Villa María tiene entre sus elementos que estos cobrarían entre 300.000 y 500.000 pesos para dejar pasar celulares hacia las celdas, permitiendo que reclusos operaran un “call center” desde el que cometían estafas telefónicas.
El dato fue publicado en La Voz del Interior, en el marco de otras revelaciones de una causa mayor que puso en la mira a altas autoridades penitenciarias.
Meses atrás, las autoridades desmantelaron una compleja red de estafas telefónicas que operaba desde la cárcel de Villa María.
Los tres jefes detenidos
Tres altos funcionarios penitenciarios, junto con siete reclusos y once individuos externos, fueron detenidos por su participación en estas actividades delictivas.
Los máximos responsables de la operación ilícita son, según la investigación, el ahora exdirector del Establecimiento Penitenciario N° 5, Andrés Américo Aciar; quien era subjefe de Operaciones, Edgar Ezequiel Arroyo; y el desplazado jefe de Seguridad, Néstor Gómez.
Cobraban hasta $ 500.000 de peaje
Estos funcionarios, según las investigaciones, facilitaban el ingreso de teléfonos a la prisión a cambio de pagos, estableciendo una especie de “peaje” que oscilaba entre 300 mil y 500 mil pesos.
Sin embargo, el alcance de estas prácticas delictivas va más allá de simples estafas telefónicas.
Zonas liberadas para estafas telefónicas
Se ha descubierto que existen dos asociaciones ilícitas en juego: una compuesta por los altos funcionarios penitenciarios y otra conformada por los reclusos.
Estos últimos, con total impunidad, establecieron centros telefónicos desde los cuales realizaban llamadas a nivel nacional para estafar a ciudadanos desprevenidos.
Los guardiacárceles jefes, además de facilitar la entrada de dispositivos, también “liberaban zonas” dentro del penal para que los reclusos pudieran llevar a cabo sus actividades delictivas sin interferencias.
Cobertura penitenciaria
La trama delictiva involucra a funcionarios penitenciarios que, aprovechando su posición, permitían la entrada de dispositivos y proporcionaban una cobertura segura para las actividades de estafa telefónica de los reclusos.
Esta colaboración entre internos y personal penitenciario permitía que las estafas se llevaran a cabo con total impunidad.
El desmantelamiento de esta red representa un paso significativo en la lucha contra la corrupción y la actividad delictiva en el sistema penitenciario de Villa María.
Las autoridades subrayan su compromiso en erradicar este tipo de prácticas para garantizar la seguridad y la integridad tanto dentro como fuera de la prisión.