Los vecinos de James Craik viven desde hace más de un siglo sin saber quién fue el hombre al que le deben el nombre de su pueblo.
Durante años no encontraron casi datos y nada sobre su historia; qué hizo para merecer que le pusieran su nombre y su apellido a esta localidad que se encuentra a 40 kilómetros de Villa María.
Además, casi nadie lo pronuncia en inglés: para todos es “James”, tal como se lee.
Pero un grupo de vecinos y estudiosos vienen trabajando para ponerle rostro y saber si pasó por la ciudad aquel hombre. Los craikenses lo sabrán este viernes con todos los detalles, cuenta La Voz.
Guillermo Abel Santana MacKinlay es tatarasobrino político de James Craik, vive en Buenos Aires y llegará junto a Harry Charap al pueblo.
El contacto con MacKinlay y Charap
Charap es un apasionado de la historia de los trenes en Argentina y ambos tienen en sus manos los secretos sobre el nombre del pueblo que alguna vez se llamó “Chañares”, pero que desde 1907 es conocido como “James Craik”.
Ana María Defilippi de Pautasso es una docente de historia de la localidad y quien hizo los primeros intentos de acercarse a la verdad.
Fue ella quien encontró una carta proveniente de los Estados Unidos que llegó al municipio en 1964 y estaba firmada por James Everest Craik, pero según cuenta el diario cordobés, no pudo saber si alguien le respondió para constatar si era o no descendiente y todo quedó en la nada.
A la posta la tomó después Gonzalo Pérez, quien daría finalmente con lo que tanto buscaban.
Redes sociales
“Publicaba y buscaba en páginas web de historia de ferrocarriles para saber si alguien lo conocía o tenía datos. A partir de una de esas publicaciones en Facebook, me respondió Harry Charap para preguntarme si quería la biografía de James Craik. Fui a reunirme personalmente con él a Buenos Aires”, contó Pérez a La Voz.
A partir de allí empezó un intercambio de información. Pero la sorpresa fue mayor cuando Charap investigó más y encontró el árbol genealógico de aquel Craik.
Lo increíble fue que, al seguir las ramas de los descendientes, halló el nombre de su amigo MacKinlay. “No lo podía creer”, apuntó desde Buenos Aires a La Voz.
Algunas pistas
El presidente José Figueroa Alcorta habría firmado en 1907 el decreto para imponer el nombre de James Craik a la estación de tren de Chañares.
Allí fue cuando se cambiaron los carteles en la parada, y el pueblo, por uso y costumbre, dejó de mencionarse con su nombre original y fue adoptando el de su estación.
Craik, que ni siquiera era inglés, fue una alta autoridad de los ferrocarriles que tendían los ingleses. Se supone, porque era costumbre de la época, que ha pasado en algún momento por estos pagos inspeccionando la línea férrea.
La cita
Los vecinos de la ciudad y su intendente, Oscar Fasolis, serán los anfitriones principales, ante la llegada del tatarasobrino político de James Craik este viernes a las 20.30.
Fotos: VillaMaríaVIVO!