Alfajor y de peperina. ¿Hay algo más cordobés que esa combinación? Y justamente es en las sierras de Córdoba que nació, por impulso de una emprendedora, una marca que los elabora en forma artesanal, para combinar ese bocado tan paradigmático con una planta tan característica de la provincia.
Beatriz Quilaleo es una conocida emprendedora de Villa La Bolsa, localidad ubicada en el departamento Santa María, quien empezó a experimentar la mezcla de chocolate con hierbas cordobesas, hasta que redescubrió las propiedades de la peperina.
Sobre Ñuke-quila
Aquellos que vacacionan en hoteles y cabañas del territorio cordobés encuentran los productos Ñuke-quila como obsequios entre sus desayunos y meriendas. Hasta turistas de España probaron y adquirieron sus variedades.
El nombre está relacionado con el origen Mapuche de Beatríz. “En mapuche, Ñuque es abuela, tengo dos nietos, entonces le puse Abuela Quila, Quilaleo es mi apellido”, contó la entrevistada.
Las tras variedades
En cuanto a las variedades de los alfajores, la familia fabrica tres opciones:
- Alfajor de peperina con dulce de leche y glaseado cordobés.
- Alfajor de peperina, con crema de dulce de leche, chocolate.
- Alfajor de peperina “premium” con chocolate, masa marrón, dulce de leche infusionado, cacao y bañado en chocolate.
“Proyecto Peperina”
La pastelera incursionó en el “Proyecto Peperina”, programa que depende del Ministerio de Ambiente y Economía Circular, con el cual pudo investigar las características de esta especie típica de las sierras de Córdoba.
Cabe resaltar que este programa busca promover la producción sostenible de esta planta aromática como actividad socio-productiva y económica.
Las familias reciben los plantines y tienen acceso a un asesoramiento técnico para el desarrollo de las unidades productivas familiares.
Nueva oportunidad laboral
Para la familia Quilaleo, este programa provincial de conservación de la peperina marcó un “antes y un después”, ya que le permitió vislumbrar una nueva oportunidad laboral que surgió hace poco más de un año y hoy ya está consolidado.
“Recibimos charlas de ingenieros agrónomos y docentes de la Universidad Nacional de Córdoba. Aprendimos a cultivar, a conocer sus propiedades y usos”, contó Beatríz.
Todos sabemos que el alfajor es uno de los dulces gastronómicos característicos de la provincia que tomó distintas formas y sabores.
Pero Beatríz, tras capacitarse y enamorarse de la peperina, probó mezclas durante meses, logrando finalmente un “sabor auténtico”: sus innovadores alfajores de peperina Ñuke-quila.
Aliento familiar
“Fueron mi marido y mi hijo Tomás quienes todo el tiempo me alentaban a realizar un producto novedoso. Cuando mezcle el chocolate con la peperina me dijeron este es el alfajor, este es el sabor”, resaltó Beatríz.
En cuanto a la elaboración, el procedimiento es el mismo que otras producciones de alfajores. Lo que cambia es que, en vez de agregarle una esencia artificial, se le agrega peperina natural.
“La peperina tiene un sabor inigualable, es únicamente ella, porque ese sabor no lo vamos a encontrar en ningún lado. Tiene una verdadera identidad cordobesa”, agregó la cocinera.
En la actualidad, para la mujer y gran parte de su familia, este emprendimiento en uno sus principales ingresos económicos.
Por la demanda del sector gastronómico y hotelero, cada vez más adepto a esta combinación artesanal, la emprendedora proyecta aumentar su producción y seguir recorriendo ferias y stands de diversas localidades.
La emprendedora serrana concluyó que todo ser humano curioso puede innovar. Si a eso le sumamos productos que ofrece la madre tierra, se transforma en un medio de subsistencia y en una terapia.
“Todos somos capaces de tener miles de ideas, de crear muchísimo. Debemos activar nuestra mente y cuerpo y ahí empiezan las creaciones”, cerró.
Para contactarse y conseguir los alfajores, vía WhatsApp al 0351 – 153569752 o por Instagram www.instagram.com/alfajoresdepeperina/.